Una antena de telefonía sitúa al acusado en Fuenlabrada (Madrid), fuera de la escena del crimen, a la 1.00 horas del día de los hechos
TOLEDO, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los médicos forenses que realizaron la autopsia del cadáver de C.C.C., el hombre asesinado en el Polígono Industrial de Ugena (Toledo) en septiembre de 2006 aseguraron hoy, durante la vista oral con jurado popular que se sigue en el Audiencia Provincial, que el fallecido habría tenido "alguna posibilidad de haber sido salvado" si hubiera sido atendido.
Uno de los peritos, que proyectó en la Sala diversas fotos de la autopsia para explicar el caracter de las heridas del cadáver, señaló que aunque las tres heridas que presentaba el cuerpo eran mortales, "la muerte no fue inmediata", luego hubiera cabido esa posibilidad anteriormente expresada.
El especialista destacó que los rastros de sangre que la víctima tenía en la camiseta y en los zapatos confirmaba que sangró mientras estaba de pie, y que ese sangrado se produjo "despacio", por lo que hubo un "tiempo de vida".
También resaltó que el cadáver "apenas" presentaba lesiones defensivas, de las que tan solo se apreciaban algunas en el brazo. Además, el cuerpo presentaba un herida contusa encima de una ceja y un hematoma en la sien que, según el médico forense, no se puede certificar si se realizó antes o después de las puñaladas y que, a su juicio, es poco probable que le dejase inconsciente.
Los forenses, que datan la muerte de la víctima entre la 1.00 o las 2.00 horas del día 12 de septiembre, creen que el apuñalamiento tuvo que ocurrir entre las 00.00 y la 1.00 horas, e incluso apuntaron la posibilidad de que las heridas hubiesen sido causadas por dos instrumentos distintos.
Tras esta prueba, y antes de un receso de diez minutos, uno de los dos peritos ingenieros de telecomunicaciones, se extendió, a preguntas del Fiscal, sobre las antenas de comunicación y el sistema BTS, que recoge dónde se inician y reciben las llamadas, para aclarar si las que la acusada realizó la noche de los hechos las hizo desde un mismo lugar o mientras estaba en movimiento.
El especialista aclaró que de las siete llamadas que realizó la acusada entre las 00.43 y las 1.31 horas, y que fueron gestionadas por distintas antenas, hay una que hace dudar de que la persona que la realizó estuviese quieta. También confirmó, a preguntas de la defensa del acusado, que una antena de Fuenlabrada (Madrid) sitúa a este último en algún punto de la localidad madrileña a la 1.00 horas de ese día.
