CIUDAD REAL, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Hoy quedó visto para sentencia en la Sección Primera de la Audiencia Provincial el juicio por narcotráfico contra tres de los cinco detenidos hace cinco años en la operación "Nublado", llevada a cabo en las localidades ciudadrealeñas de Villarrubia de los Ojos, Malagón y Daimiel.
Aunque los principales acusados, L.G.V.F. y B.E.Q., de nacionalidad colombiana y afincados en Madrid, no han sido procesados porque están en rebeldía, sí han sido juzgados tres jóvenes que se enfrentan a penas de 11 años de prisión --dos de ellos-- y a seis años, el tercero.
En la vista se puso de manifiesto que tanto L.R.E., alias 'Loren' y J.V.S.R., ambos trabajadores de la construcción de Villarrubia de los Ojos, como R.G.C., 'Chipi', de Daimiel, "han cambiado de vida", por lo que sus defensas pidieron la absolución o, de manera subsididaria, penas de cárcel que no superen los cinco años.
Los acusados, según la Fiscalía, pertenecían a una banda organizada, con sus proveedores en Madrid, y con un intermediario en Villarrubia, y otros vendedores al por menor. En la operación, la Guardia Civil intervino básculas de precisión, pequeñas cantidades de droga, hachís y cocaína, y dinero en metálico, entre otros objetos.
Asimismo, 'Loren' fue pillado el 4 de noviembre de 2004 con un kilo de cocaína en una compra que hizo en Madrid a los dos procesados huidos, un hecho que el acusado reconoció, aunque señaló que era consumidor y tan sólo "hacía algunos recados para los colombianos porque les tenía miedo".
De su lado, J.V.S.R. fue detenido porque la oficina en la que se produjo la transacción estaba a su nombre, además de aparecer en las conversaciones telefónicas con los desaparecidos que tiene en su poder la Fiscalía y de haber sido visto por la Guardia Civil en compañía de 'Loren'. Aunque negó todo contacto con los cabecillas de la trama, reconoció que también estaba "muy enganchado a la cocaína".
Por su parte, R.G.C., también se declaró y, como vendedor a pequeña escala, señaló que 'Loren' era su principal suministrador de cocaína.
En las dos sesiones, tanto los acusados como los testigos, han puesto de manifiesto su deshabituación a las drogas, incluso dos de ellos tienen sus propios negocios, así como su juventud. Y es que cuando ocurrieron los hechos contaban con 18 años.
De hecho, el fiscal, aunque no ha rebajado su petición, se ha referido a este extremo como una circunstancia atenuante.
