VALLADOLID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los alcaldes de Valladolid y Burgos, Jesús Julio Carnero y Cristina Ayala, respectivamente, han mostrado su "rotunda condena" a "cualquier acto de violencia" tras el homicidio de un joven vallisoletano cuando participaba en una despedida de soltero en Burgos.
Así lo han expresado en un comunicado conjunto en el que han lamentado la "trágica muerte" del joven, a cuya familia y allegados han trasladado su "profundo sentimiento y cariño".
En el escrito, Carnero y Ayala han rechazado "especialmente" la violencia entre los más jovenes y han subrayado que "es inadmisible la utilización" de esta "en cualquier lugar y situación", asíc omo han abogado "por la convivencia pacífica y por el respeto a las normas básicas de buena vecindad"
Igualmente, han puesto de manifiesto "el respeto absoluto, así como la buena sintonía que existe entre dos ciudades hermanas como son Valladolid y Burgos", todo ello después de que la Policía Nacional haya detenido a un joven de Burgos como presunto autor del homicidio, al parecer motivado por la condición de la víctima de ser vallisoletano.
Por otro lado, los alcaldes han ensalzado la "rápida y eficaz" actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la resolución de este caso. "Queremos poner en valor el extraordinario trabajo realizado para lograr la identificación y posterior detención del presunto autor de la agresión mortal", han señalado.
El joven vallisoletano, de 32 años, falleció en la madrugada del sábado en la plaza de la Flora de Burgos y en un primer momento no parecía que hubiera sufrido una agresión, si bien el análisis forense y las gestiones practicadas establecieron la posibilidad de que, en la secuencia de hechos que llevó a la muerte del joven, podrían haber intervenido terceras personas.
Así, la Policía Nacional ha detenido este domingo a un varón de 23 años, vecino de Burgos, como presunto autor material de la muerte del vallisoletano. Según ha indicado el cuerpo, el detenido propinó un "fortísimo puñetazo" a la víctima, lo que provocó su fallecimiento de forma prácticamente instantánea, y el desencadenante pudo haber sido la condición de vecino de Valladolid del fallecido.
