VALLADOLID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Fiscalía de Valladolid solicita una pena de siete años y medio de prisión para el individuo de 36 años, M.A.M.S, que la noche del 24 de diciembre de 2009 hirió de gravedad a su padre tras propinarle, presuntamente, una brutal paliza en el domicilio familiar. El imputado se sentará en el banquillo de la Audiencia de Valladolid el próximo día 13 del presente mes de abril.
La acusación pública, en su escrito de calificación provisional, entiende que los hechos son constitutivos de un delito de tentativa de asesinato, atenuado como consecuencia de la enfermedad psíquica del procesado, y, además de la citada pena privativa de libertad, pide que al procesado se le prohíba aproximarse a su progenitor a una distancia inferior a 500 metros durante el plazo de la condena, así como a comunicar con él por cualquier medio, incluido el telemático y el telefónico, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
En su momento, el titular de Instrucción 6, que se hizo cargo del caso finalmente, confirmó el auto de prisión comunicada y sin fianza que el día de los hechos dictó el Juzgado de Instrucción número 5, entonces en funciones de guardia.
La decisión de mantener encarcelado al presunto autor de los hechos, que coincidió con la petición realizada por el fiscal y era contraria a la solicitud de su defensa, que pidió la libertad provisional, obedecía al riesgo de fuga del detenido y a la posibilidad de que volviera a actuar violentamente contra su padre.
ACUSA A UN VECINO
El acusado, sin embargo, que padece problemas psiquiátricos, ha venido manteniendo su inocencia y en un principio responsabilizó de la agresión a un vecino del inmueble al que atribuyó la paliza sufrida por su progenitor.
Los hechos se produjeron sobre las 22.00 horas del día 24 de diciembre en una casa molinera situada en el Camino de Fuente Amarga, en Valladolid capital, donde se personaron efectivos de la Policía Nacional tras ser alertados por los vecinos de la agresión que el padre de familia, de unos 70 años, estaba sufriendo a manos de su hijo.
Una vez allí, los agentes se vieron obligados a forzar una persiana y así pudieron penetrar en la vivienda a través de una ventana que se hallaba abierta. Al acceder al interior observaron parte del mobiliario destrozado, un gran número de objetos por el suelo, abundante sangre por todas partes y al agredido, M.M.S, tendido en el suelo aún consciente pero con la cara totalmente ensangrentada y con múltiples lesiones en la cabeza.
Para entonces, el presunto agresor, hijo de la víctima, había logrado encerrarse en una de las habitaciones de la casa. Los agentes trataron de convencerle para que se entregara, a lo que éste respondió con frases inconexas, aunque finalmente lograron reducirle y detenerle.
Su madre, que apareció entonces, relató a los agentes que había sido ella la que había solicitado auxilio al vecindario al presenciar cómo el hijo golpeaba al padre con un objeto contundente.
El lesionado, que sufrió heridas de pronóstico grave, tuvo que ser trasladado hasta un centro hospitalario de la capital.