Hallan en el río Duero en las cercanías de Tordesillas (Valladolid) dos piernas que suman al de una cabeza y un brazo

Actualizado: lunes, 8 mayo 2006 13:12

VALLADOLID, 8 May. (EUROPA PRESS) -

Agentes de la Guardia Civil encontraron dos piernas en el río Duero, en las cercanías de Tordesillas (Valladolid), que se suman al hallazgo de una cabeza y un brazo en el entorno de la localidad de Villanueva de Duero.

Estas extremidades fueron encontradas por agentes de la Guardia Civil en el marco de la investigación para esclarecer a quién pertenecen los restos hallados el pasado jueves, un brazo, y hace menos de un mes, una cabeza, en Villanueva, por donde también pasa el río Duero.

Los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) hallaron estas últimas extremidades el viernes, según el testimonio de un vecino de Tordesillas y fuentes próximas al caso que cita hoy el diario El Norte de Castilla en una información recogida por Europa Press.

Hasta el momento no se saben más datos sobre la investigación, bajo secreto de sumario, a la que éste último hallazgo podría aportar alguna información que permitiera descubrir la identidad de la víctima y las causas de su muerte.

Este es el tercer hallazgo del que se ha tenido conocimiento. El primero se produjo hace menos de un mes, cuando en Villanueva de Duero fuera hallada una cabeza, mientras que el pasado jueves fue encontrado un brazo en la tarde del jueves por uno de los vecinos del pueblo, que en esos momentos realizaban tareas de limpieza en las márgenes del río, sin que fueran hallados otros restos del cuerpo en las cercanías.

Después del aviso del hallazgo del brazo, se desplazaron hasta el lugar efectivos de la Guardia Civil así como del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que iniciaron el rastreo del río desde el viernes y que no han encontrado el cuerpo al que pertenecía el brazo ni nuevas partes diseminadas.

Los primeros análisis realizados en el Instituto de Medicina Legal desde la llegada del brazo en torno a las 22.30 horas del jueves apuntan a que la víctima es una mujer joven, dada la fisionomía de la mano y las uñas, según confirmaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Valladolid consultadas por el diario.

Tanto el brazo como la cabeza han sido enviados a laboratorios policiales de Madrid para su análisis y la toma de muestras de ADN.

En el caso de la cabeza, seccionada a la altura de la barbilla, su avanzado estado de descomposición hizo imposible cualquier reconocimiento fotográfico y los agentes esperan ahora los resultados de los análisis realizados en Madrid para recabar más datos que permitan identificar a la víctima o vincularla con el brazo aparecido unas semanas después.

Los miembros del GEAS no continuaron ayer con la tarea de búsqueda en torno a la minicentral eléctrica situada cerca de la finca El Puerto, en el término municipal de Tordesillas, donde se ha centrado el rastreo durante estos días en colaboración con los bomberos de la Diputación provincial.

INVESTIGACIONES.

Paralelamente, la Guardia Civil centra sus esfuerzos en recopilar las listas de mujeres desaparecidas en los últimos meses, tanto en la capital vallisoletana como en la provincia y en toda España en busca de vínculos para identificar los restos humanos.

El diario recuerda que los dos últimos casos de mujeres desaparecidas en Valladolid, que al menos hayan trascendido, son las de Benita del Valle y Beatriz Martín Undabarrena.

Los familiares de Benita del Valle, vecina del barrio de Pajarillos Altos de 49 años, profesora de bailes de salón y que trabajaba como voluntaria en el centro cívico de la Zona Este, denunciaron su desaparición en marzo de este año y colocaron carteles por las calles con su imagen en un intento de encontrar pistas sobre su paradero. Desde el 1 de marzo, en que salió de su domicilio particular, los dos teléfonos móviles que utilizaba habitualmente estaban apagados.

En agosto de 2005, la familia de Beatriz Martín Undabarrena también sufrió la angustia y la incertidumbre de no saber dónde estaba su hija de 37 años, aquejada de esquizofrenia. La mujer salió de su casa en la capital vallisoletana el 1 de agosto con 2.000 euros y a partir de ese día se perdió su pista.