Una investigación con ciervos realizada en Segovia se publica en la revista de la Asociación Veterinaria de EE.UU

Actualizado: martes, 17 marzo 2009 15:57

SEGOVIA, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un trabajo de investigación desarrollado en Marugán (Segovia) y basado en la realización y comparación de tres pruebas de diagnostico inmunológico en ciervos para la detección de los tres tipos de micobacteria causante de la tuberculosis (intradermoreacción , gamma- interferón y Elisa) fue publicado en la revista científica de la Asociación de Veterinarios de Estados Unidos.

El estudio, según informaron a Europa Press fuentes próximas de la explotación, se ha realizado en la finca ganadera de ciervos que la empresa Venison Deer posee en Marugán por un equipo multidisciplinar de investigadores pertenecientes al departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de León y del Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) de Ciudad Real.

El trabajo se ha basado en la realización y comparación de tres pruebas de diagnostico inmunológico en ciervos para la detección de los tres tipos de Micobacteria, causante de la tuberculosis (intradermoreacción, gamma- interferón y Elisa).

Para la realización de los trabajos en la explotación fue necesario el manejo e inmovilización de un grupo de animales identificados individualmente y el análisis en laboratorio de sangre, suero y "contrastando con pruebas de campo la reacción cutánea al antígeno a las 48 horas".

Hasta ahora la información de que disponían los investigadores procedía generalmente de sangre y suero obtenidos de animales muertos, abatidos en monterías, debido a la imposibilidad de aplicación de técnicas de diagnostico tan precisas en animales salvajes.

"Estas dificultades para el diagnostico suponen una importante limitación para su erradicación", destacaron las mismas fuentes antes de añadir que el control de la tuberculosis en la cabaña ganadera tiene una "enorme importancia" para las autoridades sanitarias de los países de la Unión Europea, "a cuya erradicación se destinan muchos recursos económicos y esfuerzo humano".

No obstante, las mismas fuentes consideraron que "muy poco se hace desde las distintas administraciones para conocer y combatir la posible transmisión desde la fauna salvaje, que en muchos casos comparte pastos con la ganadería extensiva y a su vez hace de reservorio para la micobacteria".