NN.GG. en Valladolid rompe a martillazos una réplica del Muro de Berlín para conmemorar el aniversario de su caída

Europa Press Castilla y León
Actualizado: lunes, 9 noviembre 2009 19:47

VALLADOLID 9 Nov. (EUROPA PRESS) -

Nuevas Generaciones (NN.GG.) en Valladolid conmemoró hoy el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín rompiendo a golpe de martillo una réplica de 25 metros de largo levantado en la Plaza de Zorrilla de la capital. Minutos antes, el presidente de la formación, Borja García Carvajal, y el representante de la disidencia cubana Wilfredo Casañas leyeron sendos manifiestos en defensa de la libertad.

Ante la presencia de alrededor de medio centenar de personas, García Carvajal indicó que conmemorar la destrucción representa la necesidad de luchar para mantener la libertad frente a quienes buscan la esclavitud y la opresión y destacó que aún existen "otros muros" que se deben derribar en muchas zonas del mundo.

En este sentido, Wilfredo Casañas, representante de la oposición popular cubana, apuntó a los "muros" que también existen en países como Venezuela, China, Corea del Norte, Irán o Afganistán y se refirió al caso concreto de Cuba, de donde salió acusado de disidente hace 15 años.

"Después de 50 años de feroz dictadura, el pueblo sigue padeciendo de carencias múltiples y sin soluciones, y como única respuesta escuchamos la llamada a la austeridad y al sacrificio, excluida claro está la élite en el poder", lamentó Casañas, quien cifró en tres millones los cubanos en el exilio y recordó que la lista de torturas, asesinatos y encarcelaciones en la isla "es enorme".

Al hilo de esto, Wilfredo Casañas se quejó de que el Partido Socialista "juega con el dolor del pueblo cubano y mira hacia otro lado para no criticar ni sancionar la dictadura castrista". "Miguel Ángel Moratinos visitó recientemente Cuba para que liberaran al empresario español detenido en el país por el régimen, pero no se reunió con los cubanos representantes de la disidencia interna, ignorándolos y despreciándolos", reprochó.

Wilfredo Casañas, jefe del servicio de Rehabilitación de un hospital en Cuba, tuvo que salir de la isla cubana en el éxodo de los balseros de 1994, tras ser tachado de "disidente" por una manifestación publica en contra del régimen que había hecho su hijo. Tras pasar tres meses como refugiado político en la Base Naval de Guantánamo, junto a otros 35.000 compatriotas, fue reclamado por sus familiares españoles residentes en Salamanca, donde ha vivido a partir de entonces.

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