Andrea Garcy (izquierda), Marta Andrés (centro atrás) y Natalia Fustes (derecha)
EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 29 enero 2017 12:29

   Defienden un cambio de cultura entre el público y un mayor reconocimiento al trabajo del artista en directo

   VALLADOLID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Una nueva generación de jóvenes cantautoras reclama su sitio en la música de Valladolid, donde cada día logran más presencia en los escenarios, apoyadas por una intensa campaña de construcción y difusión de marca personal a través de Internet y redes sociales que les permite proyectarse fuera incluso de los límites de la ciudad y su entorno.

   Éste es el caso de las vocalistas e instrumentistas Marta Andrés, Natalia Fustes y Andrea Garcy, tres representantes de esta nueva generación que aspira a consolidar su nombre dentro de la música vallisoletana, basada en una combinación de nuevas tecnologías y actuaciones en directo para darse a conocer.

   La mayor de ellas, Marta Andrés, de apenas 23 años, ya ha dado el paso de grabar un álbum, 'Kevlar', el cual vio la luz en febrero de 2016, aunque reconoce la "dificultad" que el género cantautor tiene para lograr repercusión frente a otros estilos entre el público vallisoletano, a pesar de que el número de artistas y salas que apuesta por él en la ciudad del Pisuerga "es muy amplio".

   En este sentido, tanto Fustes como Garcy, ambas de 22 años, defienden un cambio de cultura entre el público y un mayor reconocimiento al trabajo del artista en directo, algo que, a su juicio, sí ocurre en otras ciudades españolas, donde los locales cobran entrada por presenciar los conciertos, algo "impensable hasta ahora" en Valladolid, pero que "poco a poco se empieza a contemplar".

   "Más allá de la recaudación obtenida, cobrar una entrada es una forma psicológica de darte valor como artista", advierte Marta Andrés, quien el próximo viernes 10 de marzo actuará en El Desierto Rojo acompañada de Ángel Aparicio (contrabajo) y Santiago Iglesias (guitarra acústica).

ORÍGENES

   La vida musical de la joven artista comenzó desde muy pequeña, cuando su familia la apuntó a clases de piano, un instrumento que cambió después por la guitarra, la cual acompaña a su voz en sus recitales. También Natalia Fustes contactó con la música a muy temprana edad, hasta el punto de que no recuerda cuándo aprendió a cantar, habilidad tan natural en ella como hablar, según ha señalado en una entrevista concedida a Europa Press.

   Diferente es el caso de Andrea Garcy, una graduada en Comercio que dio sus primeros pasos musicales en la plataforma Youtube, donde subía sus propias versiones de temas popularizados por otros grupos. Desde entonces, el trabajo de Garcy ha alternado composición e interpretación con difusión en las redes sociales, e incluso su propio Trabajo Fin de Grado se basó en la aplicación del neuromarketing al mercado discográfico y en el desarrollo de la marca personal.

   En este sentido, la artista explica que actualmente el interés de los usuarios de Youtube ha derivado más hacia otro tipo de vídeos sobre las versiones de canciones o 'cover', en tanto que Instagram se sitúa como la red "más potente".

   Precisamente las redes sociales pusieron en contacto a Andrea Garcy con Natalia Fustes, que a su vez conoció a Marta Andrés en una noche de fiesta vallisoletana, momento desde el cual la relación de las tres se ha afianzado y son ya varias las propuestas en directo que han realizado de forma conjunta, a las que se suman colaboraciones con jóvenes poetisas de su generación.

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