VALLADOLID 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El sacerdote operario diocesano José San José Prisco ha augurado que la Iglesia está llamada a convertirse en un "auténtico hospital de campaña" ante una "humanidad herida" y en "unas circunstancias históricas" donde todos necesitan "atención compasiva".
Así lo ha aseverado San José Prisco durante la proclamación del Sermón de las Siete Palabras, este Viernes Santo, en la Plaza Mayor de la capital vallisoletana, donde miles de personas mantenían un silencio sobrecogedor ante las siete imágenes que representan cada una de las palabras que Cristo pronunció en la Cruz.
Las nubes estuvieron presentes durante todo el acto, aunque no descargaron ni una gota de lluvia y, por tanto, no fue preciso trasladar el sermón al cobijo de la Catedral vallisoletana.
Este año, el Sermón de las Siete Palabras ha contado por primera vez con una interprete de lengua de signos para fomentar la inclusión en esta Semana de Pasión vallisoletana.
El sacerdote ha comenzado el acto con una reflexión y recorrido por cada una de las siete palabras, con ejemplos de casos reales que llenan de "esperanza" ante el "escepticismo y pesimismo de personas desanimadas" y ha asegurado que "la muerte no tiene la última palabra, el pecado no es más fuerte que la misericordia y en el momento de mayor oscuridad, Dios está obrando la redención".
En 'Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen', San José Prisco ha explicado que Cristo está enseñando lo que es el perdón, porque "el perdón no es una debilidad, sino una gracia.... el perdón cristiano apunta a una justicia superior".
Es en esta primera palabra en la que el párroco ha narrado la historia de Maximiliano Kolbe, un sacerdote polaco detenido por la SS Alemana y trasladado a un campo de concentración que ofreció su vida a cambio de la de un prisionero que había perdido a su mujer. Cuando iba a ser ejecutado con una inyección letal le dijo a su ejecutor: "Usted no ha entendido nada, el odio es inútil. Sólo el amor crea".
'Hoy estarás conmigo en el paraíso' es una promesa de Jesús que revela "que la salvación no es un acontecimiento lejano, sino una realidad para quien confía en Cristo", ha sostenido San José Prisco, quien ha narrado la historia de Jacques Fesch, nacido en una familia francesa acomodada pero con un padre distante y autoritario, lo que hizo que creciera "sintiéndose incomprendido y rebelde".
Con 24 años intentó robar en una casa y su huída mató a un policía, fue detenido y condenado a muerte en la guillotina y mientras pasaban los años esperando su ejecución Fesch "vivió una transformación interior radical" y en sus cartas y diarios que se publicaron reconocía sus pecados, aceptaba su castigo y ofrecía su sufrimiento por otros. El día de su ejecución, en su diario escribió: "En cinco horas veré a Jesús".
'Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tiene a tu madre', en esta palabra. San José Prisco ha asegurado que lo que está enseñando Jesús con esta tercera palabra es que "el amor puede redibujar los lazos familiares más allá de la sangre" ya que María será la madre de todos los creyentes. "Jesús nos deja a su madre como madre nuestra", ha aseverado el sacerdote.
En esta tercera palabra narra la historia de Cori una enfermera de un hospital de Wisconsi que se hizo cargo de una bebé de dos semanas de vida que nació sin hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, que estaba en estado vegetativo, sorda y ciega y que no tenía a nadie que la cuidará.
Cori, su marido y sus ocho hijo se hicieron cargo de la bebé y la trataron como una miembro más de la familia, le daban cariño, le hablaban... pero la fuerza de la pequeña se agotaba, por lo que la enfermera reunió a toda su familia, cogió a la bebé en brazos y le cantó hasta que dejó de respirar. "Había muerto rodeada de amor y en compañía".
'Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?" es la cuarta palabra en la que Cristo experimenta el abandono, la desesperación y la angustia" pero cuando Jesús pronuncia estas palabras manifiesta su "inquebrantable esperanza en un Dio capaz de intervenir misteriosamente para sacar bien del mal con su poder y su creatividad", ha explicado José San José Prisco.
Es aquí cuando ha narrado la historia de Inmaculée, una joven de 24 que sobrevivió al genocidio de Rwanda, que en 100 días acabó con la vida de 800.000 personas, y que a pesar del miedo que la invadió sintió que Jesús la decía que confiase en él, porque se salvaría. Permaneció escondida durante 91 días en un baño de la casa de un pastor protestante de la etnia hutu con otras siete mujeres, "sin pode hablar o sentarse a descansar y sin apenas comer". Cuando salió quedó bajo la protección de las tropas francesas y supo que se había salvado pero "todos los suyos se habían ido para siempre".
LA MADRE TERESA DE CALCUTA.
'Tengo sed', la quinta palabra, no es sólo "sed de agua, es sed de almas, sed de amor, sed de la voluntad del Padre cumplida la salvación del mundo", ha explicado el sacerdote, que ha recordado la historia de la Madre Teresa, quien sintió la llamada en su alma para consagrarse a cuidar de los pobres", con los que comenzó a trabajar en 1948 y que llegó a crear una comunidad religiosa para ayudar a los más necesitados. Cuando murió la madre Teresa de Calcuta, la orden operaba en 610 misiones en 123 países.
Es en esta palabra, donde el protagonista del sermón reconoce que es necesaria "la cultura del cuidado como camino para una sociedad más humana y fraterna"... "la cultura del cuidado como compromiso común, solidario y privilegiado para construir la paz".
San José Prisco ha augurado, en este sentido, que la Iglesia, como reflejo del corazón de Cristo "está llamada a convertirse en un auténtico hospital de campaña" porque "en un mundo herido y desconfiado, la Iglesia que sana en lugar de condenar, que abraza en lugar de rechazar se convierte en un signo luminoso de esperanza cristiana".
'Todo esta cumplido', la sexta palabra, no es sólo "una frase de muerte, sino una declaración de sentido, de misión, de fidelidad vivida hasta el final", ha explicado el sacerdote operario diocesano, quien ha apuntado que cuando emitió su respiro final "donó el espíritu".
Aquí, el sacerdote ha contado la historia de Carlo, conocido como el 'influencer de Dios' que murió con 15 años de una leucemia fulminante y que uso la nuevas tecnologías para transmitir el Evangelio. Durante su funeral, la iglesia se quedó pequeña y muchos asistentes se quedaron fuera. Eran inmigrantes y personas sin techo con los que Carlo compartió su comida. Será canonizado el 27 de abril por el Papá Francisco.
'Padre en tus manos encomiendo mi espíritu', la última de las palabras Jesús "se entrega totalmente al Padre y reza el alto", ha indicado San José Prisco, quien ha aseverado que en el momento de su muerte, "Jesús devuelve al manantial divino no sólo el río de su vida sino también de toda su misión".
José San José ha expuesto el caso de Charles de Foucauld, que vivió una vida cómoda y alejada de la fe, pero que tuvo una experiencia "profunda de conversión" y se rindió por completo a Dios, lo que le llevó a llevar una vida "de entrega total, silenciosa y escondida". Renunció a sus comodidades y se fue a vivir al desierto del Sáhara, a vivir entre los más pobres, pero murió sólo y asesinado en su pequeña ermita.
En su epílogo, el autor del Sermón de las Siete Palabras ha subrayado que "la Pasión no es el final, sino el camino que conduce a la Gloria" y ha pedido a todos los oyentes que abracen la cruz "con la certeza de que el amor de Dios" sostiene a los hombre y su misericordia y su promesa de vida eterna son "la mayor esperanza".