La mandó flores, cartas, whataspps y la llamó por teléfono al juzgado donde trabaja
VALLADOLID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Valladolid ha ratificado la condena de nueve meses de cárcel a un hombre por delito de coacciones a una juez de la capital a la que en 2022 atosigó con el envío de flores, cartas, Whatsapps y hasta la llamó por teléfono al juzgado donde trabajaba con la intención de iniciar una relación con ella.
En su sentencia, la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid ha desestimado el recurso del condenado y ha ratificado en todos sus términos el fallo anterior, de fecha 20 de diciembre de 2024, del Juzgado de lo Penal 4 que impuso al condenado nueve meses de prisión, la prohibición de aproximación a menos de quinientos metros de la víctima, su domicilio, lugar de trabajo u otros que frecuente y de comunicación con ella, por cualquier medio directo o indirecto, oral escrito o telemático durante tres años, según la información del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León recogida por Europa Press.
Los hechos se remontan al día 18 de abril de 2022 cuando el condenado envió a la jueza a su lugar de trabajo un ramo de flores con una tarjeta que solo contenía la palabra "hola". Al día siguiente, envió desde Alicante una carta manuscrita y anónima a la referida magistrada del siguiente tenor: "Hola, con rosas, y ahora hola con palabras. ¿Querías ver alguna cosa?".
Con posterioridad, el 15 de junio el denunciado llamó por teléfono al juzgado donde la denunciante trabajaba y habló con una funcionaria identificándose como guardia civil, relacionado con una población donde la magistrada había ejercido como jueza.
La víctima llamó al día siguiente al teléfono empleado por el comunicante y tras escuchar cómo el acusado le explicaba que creía que ella era una mujer que había conocido años antes y con la que quería establecer una relación más próxima, la jueza concluyó la conversación expresando de manera terminante que no esa es mujer y que no quería que volviera a contactar con ella. En esa conversación, el acosador admitió haber enviado el ramo y la carta previos.
Aun así, el día 1 de julio, el denunciado envió un mensaje al móvil de la denunciante y en los días siguientes envió más, todos ellos sin que la denunciante contestara. En varios mensajes el denunciado insistía en comunicarse con ella, verla cara a cara, proponer citas, así como reproches por no ser atendido.
Esta situación originó desasosiego en la acosada, quien se hallaba embarazada al tiempo de formular denuncia en julio de ese año.