Los vecinos de San Bartolomé de Pinares (Avila) celebran hoy Las Luminarias bajo la advertencia de una posible sanción

AVILA 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

El fuego y el humo de las hogueras un año más los protagonistas de la tradicional celebración de Las Luminarias, de la localidad abulense de San Bartolomé de Pinares, donde los jinetes más atrevidos cruzarán con sus caballos las elevadas llamas, a pesar de que el Ayuntamiento del municipio ya anunciado que se incoarán expedientes sancionadores contra los que hagan a los caballos atravesar las llamas.

Este bando municipal obedece a las numerosas denuncias realizadas por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales, que ha recordado que el pasado año fueron 10 los jinetes que obligaron a los caballos a saltar las hogueras, a pesar de la presencia de la Guardia Civil.

Centenares de personas volverán a darse cita esta noche en el municipio abulense, de aproximadamente 800 habitantes, para disfrutar de una tradición que se remonta al siglo XVIII, cuando una epidemia dañó al ganado y a los habitantes de este pueblo, quienes recurrieron al ritual del fuego con la esperanza de la curación.

Según cuentan sus vecinos es con el fuego purificador de las hogueras con el que se ahuyentaba hace 200 años a los malos espíritus que supuestamente causaban las epidemias que acaban con el ganado de la zona, por eso la tradición continúa con los caballos y burros, aunque antiguamente se realizaba con todas las reses. Para la preparación de las hogueras es costumbre mojar con agua tanto los piornos, como las escobas, con el fin de conseguir que las llamas pierdan protagonismo a favor del humo, para purificar a los caballos, que ya en menor medida atraviesan las hogueras espoleados por los jinetes.

Aunque en esta fiesta la voz cantante la llevan los hombres, las mujeres y los niños cada día cobran un mayor protagonismo, compartiendo montura con los adultos, que más tarde aprovechan los rescoldos para asar en plena calle panceta, chorizo, chuletillas o morcilla en un ambiente festivo y distendido.

Además los lugareños ofrecen a cuantos acuden a esta fiesta pastas y vino de la zona, aprovechando este momento de asueto para compartir los conocimientos acerca de esta tradición, que persigue la declaración de interés turístico regional, basándose en su espectacularidad y siglos de costumbre.