Vino de la Tierra de Castilla y León incluirá variedades minoritarias

Distintivo de la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León
Distintivo de la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León - JCYL
Publicado: jueves, 5 noviembre 2020 11:23

VALLADOLID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural modificará el pliego de condiciones del Vino de la Tierra de Castilla y León para dar cabida a las variedades minoritarias y abrir así un abanico de posibilidades para la elaboración de "vinos peculiares" y "con un carácter genuino y diferenciado" que, según aseguran desde el departamento que dirige Jesús Julio Carnero, puede resultar "muy atractivo" para el consumidor de vinos.

Según han informado las mismas fuentes, con esta modificación, que se publicará mañana en el Bocyl, se podrán elaborar vinos de la IGP con las variedades minoritarias recientemente incorporadas a la lista de variedades autorizadas en Castilla y León, en concreto, 'Rabigato' o 'Puesta en Cruz', 'Rufete Serrano Blanco', 'Estaladiña', 'Gajo Arroba', 'Mandón' o 'Garro' y 'Tinto Jeromo'.

También se incluyen las variedades 'Maturana Blanca' y 'Maturana Tinta', que tienen su origen en La Rioja, así como la variedad 'Touriga Nacional', originaria de Portugal y que, según aseguran desde Agricultura, ha demostrado tener "muy buenas cualidades enológicas" en Castilla y León.

"La gran variabilidad de vinos que pueden elaborarse dentro de la IGP permite una adaptación más fácil a la demanda del mercado y nuevos gustos del consumidor", han defendido las mismas fuentes que aseguran que el potencial de esta figura de calidad es "muy elevado".

Desde la Consejería de Agricultura han explicado también que la incorporación de estas variedades es el resultado del trabajo de caracterización y recuperación de variedades minoritarias desarrollado por el equipo de investigadores del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), "tras un proceso amplio de prospección llevado a cabo durante más de veinte años en todas las zonas vitivinícolas de Castilla y León, proceso que continúa en la actualidad".

Así, a la fase de localización de cepas individuales de las posibles variedades, le siguieron trabajos de descripción ampelográfica y genética de las que se consideraron más interesantes. A partir de su descripción inequívoca se solicitó y se obtuvo su reconocimiento legal y comenzó su caracterización agronómica y enológica, "confirmando en todos los casos que se trata de un conjunto de variedades con matices muy atractivos y diferencias claras entre ellas y, sobre todo, muy distintas a las variedades que se cultivan actualmente".

Otra peculiaridad de la mayoría de estas variedades es su maduración tardía y buena adaptación a las zonas de procedencia, "lo que constituye a priori una ventaja para soportar con mejores perspectivas el calentamiento global".

La IGP Castilla y León, conocida por el consumidor por su denominación tradicional Vino de la Tierra de Castilla y León, fue creada en el año 2000 por Orden de 15 de junio de la Consejería de Agricultura y Ganadería. Se trata de la única Indicación Geográfica Protegida (IGP) de vino existente en Castilla y León.

Según han recordado las mismas fuentes, se trata de la figura de calidad vínica más heterogénea de la Comunidad Autónoma ya que su área geográfica delimitada abarca todo el territorio. Los vinos que se comercializan con la mención Vino de la Tierra de Castilla y León pueden ser blancos jóvenes, rosados, tintos, espumosos, vinos de aguja, de licor y de uva sobremadura.

La diversidad se extiende también a las casi 200 bodegas que comercializan este tipo de vino. Junto con "bodegas de reconocido prestigio" que no están adscritas a ninguna de las denominaciones de origen protegidas (DOP) de la Comunidad, y que marcan su propio estilo, también es utilizado este distintivo por bodegas que pertenecen a alguna de las DOP, destinando a la IGP aquellos vinos de características peculiares no amparables por las denominaciones.

Finalmente, desde el departamento que dirige Jesús Julio Carnero destacan que la evolución de la IGP ha sido muy positiva desde su creación. En 2019 el volumen de ventas superó los 168.000 hectolitros por un valor superior a los 50 millones de euros. Dos de cada tres botellas que se venden de Vino de la Tierra de Castilla y León lo hacen en el mercado nacional, mientras que una de cada tres se destina al mercado exterior.

Leer más acerca de: