BARCELONA 2 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los consumidores con más tiempo realizan una mayor inversión en la búsqueda de alimentos que ofrecen una mejor relación calidad/precio y que son más saludables, según el estudio 'Análisis del impacto de los estilos de vida y los factores de entorno en el consumo de productos de alimentación', elaborado por el Institut Cerdà por encargo del Foro Interalimentario y presentado hoy en Barcelona.

El estudio se ha elaborado analizando el estilo de vida de 50 familias catalanas en el segundo trimestre del año y reúne diversas características sociodemográficas.

La combinación de dinero y tiempo es el factor que más condiciona los hábitos de consumo, de manera que cuando uno escasea se compensa con el otro.

Las familias que han visto reducidos sus ingresos con la crisis y, por tanto, han disminuido sus gastos, donde menos han recortado es en alimentación. Así, la alimentación gana peso porcentual en el presupuesto familiar, y no se buscan productos baratos, sino con la mejor relación calidad/precio.

Además, se recupera la cocina tradicional y se reducen las comidas fuera de casa. Según el estudio, buena parte de los hogares que no padecen directamente los efectos de la crisis siguen pautas prácticamente idénticas a las que sí han vivido un descenso de recursos económicos.

Se compran menos productos frescos y más envasados o congelados, a la vez que prácticamente se elimina el consumo fuera del hogar por ocio y se buscan alternativas más económicas, como bocadillos y el uso de fiambreras, a la vez que el hogar se convierte en punto de reunión de familiares y amigos.

A menor tiempo disponible, peores son los hábitos alimentarios. "Por mi trabajo sé que nunca sé qué haré a lo largo del día, dónde comeré o a qué hora llegaré a casa. Cuando llego a casa sólo quiero estirarme en el sofá, no me apetece cocinar". Este es uno de los comentarios que describen la falta de tiempo de personas con trabajo.

"Priorizo la rapidez y la sencillez a la hora de cocinar: estar cocinando una hora para comerlo en cinco minutos no me va", añade otro encuestado. Esto cambia cuando uno de los miembros del hogar se dedica a la casa y a cocinar, o si hay personas mayores o niños en casa, ya que entonces la preocupación por la comida sana es mayor.

El ahorro de tiempo no es prioritario para los entrevistados que se dedican en exclusiva a las tareas del hogar, que dedican un tiempo superior a la media y preparan platos más elaborados. "El ritmo de vida es más pausado, antes con el trabajo y los hijos iba muy estresada", explican.

Además del factor tiempo, otro de los condicionantes que afecta directamente en los hábitos alimentarios es la preocupación por la salud. La dieta mediterránea se toma como modelo de cocina más saludable, y ahora se valoran más los productos de proximidad y frescos, así como cocinar con aceite de oliva. "Si no te cuidas ahora, después te pasa factura", opinan los entrevistados.

El conseller de Agricultura, Alimentación y Acción Rural, Joaquim Llena, destacó que "son nuevos tiempos, con nuevas necesidades", y valoró positivamente esta "aproximación rigurosa y científica" para adaptarse a los nuevos hábitos alimentarios.

Llena resaltó el mayor interés por los productos de proximidad y por la trazabilidad, para conocer el origen del alimento y sus procesos. Ahora, dijo el conseller, se percibe que "hay una relación totalmente directa entre alimentación y bienestar".