TORTOSA (TARRAGONA), 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha ido ganando enteros en la campaña del referéndum con sus actos en favor del Estatut por el territorio y después de ser aclamado ayer en Lleida en presencia de José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla, vivió hoy una nueva jornada plagada de mensajes de ánimo y reconocimiento del trabajo hecho al frente de la Generalitat. Maragall, que se reivindicó a sí mismo y a su Ejecutivo asegurando que "sin este Gobierno no habría Estatut", también dejó claro que "nos queda mucho camino por hacer juntos, compañeros".
La frase podría ser puramente circunstancial o tener un gran sentido interno en el PSC en un momento en el que la candidatura de los socialistas catalanes en las próximas elecciones autonómicas, previstas para antes de finalizar el año, está en el aire y a la espera de superar el día del referéndum. En cualquier caso, Maragall se muestra a gusto con su papel dual de estos días como presidente de la Generalitat y líder del PSC, más aún cuando recibe gritos de 'president, president' allí donde va.
El presidente combinó hoy su agenda institucional con la campaña del PSC en favor del Estatut y después de visitar el Celler Cooperatiu de Gandesa y visitar la nueva red de regadío de Ginestar como presidente, participó en una comida popular organizada por el PSC a las afueras de Tortosa (Tarragona). Tras la comida volvió a sus actos como presidente y visitó la Cooperativa d'Arrossaires del Delta de l'Ebre.
Maragall llegó al acto del PSC en Bitem, una pedanía cercana a Tortosa, con más de media hora de retraso y acompañado por el conseller de Agricultura, Jordi William Carnes, después de una mañana de inauguraciones y visitas institucionales en las Terres de l'Ebre. Allí esperaban más de 500 personas dispuestas a disfrutar de una paella gigante para la que se emplearon 65 kilos de arroz.
El arroz del Delta del Ebro, preparado por cocineros de una empresa de cátering de Teruel, se hizo esperar porque la apretada agenda de Maragall obligó a adelantar los discursos a la comida en medio de la inquietud de los asistentes, muchos de ellos invitados por la Conselleria de Agricultura, según explicaban ellos mismos, y que no disponían ni de agua para hacer la espera más llevadera.
No obstante, recibieron a Maragall con gritos de 'President, president' y le regalaron una calurosa bienvenida. En el turno de intervenciones, los elogios al presidente de la Generalitat se sucedieron, comenzando por el primer secretario del PSC en las Terres de l'Ebre, Antoni Sabaté, quien reconoció a Maragall el "haber estado siempre al lado de la gente del Ebro".
Más explícito fue el alcalde de Tortosa, Joan Sabaté, quien recordó que "ha sido el alcalde de la Barcelona olímpica quien ha traído el cambio en las políticas y en el modelo de país". "Ha tenido que venir el alcalde que ha hecho grande a Barcelona y referente mundial quien ha impulsado el crecimiento de Catalunya y un modelo territorial que reconoce a las personas, los municipios y los territorios", explicó.
Los activos de Maragall iban en detrimento de los anteriores gobiernos de CiU a los que "lo único que les interesaba de la Catalunya real y periférica eran los votos".
A continuación, fue el conseller de Agricultura quien recordó los tres años que pasó junto a Maragall "conociendo Catalunya" y aseguró que el presidente "sabe mirar un poco más allá de lo que a veces nos parece que ve". "Tiene visión" y sabe "trazar el camino" y poner "metas de futuro", añadió.
A mediodía, Maragall había recibido su particular baño de masas como presidente de la Generalitat en su visita a Ginestar, donde acudió a inaugurar la nueva red de regadío y donde fue aclamado por unas 200 personas --Ginestar tiene casi 900 habitantes y CiU tiene mayoría absoluta en el Ayuntamiento, mientras que el PSC no tiene representantes-- que con sus gritos de 'President, president' le hicieron salir al balcón del ayuntamiento para saludar.
