BARCELONA 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las clases de lengua catalana o castellana en las cárceles de Catalunya tienen una asistencia media de 800 alumnos mensuales. De estos, 250 aprenden catalán, mientras que 550, más del doble, quieren aprender castellano.
Los cursos son de nivel muy básico y sirven para que los presos entren en contacto con la lengua y aprendan los elementos fundamentales para entenderla y hacerse entender. Si quieren aumentar el nivel de conocimientos, tienen que asistir a los cursos de formación para adultos de las propias cárceles, en las que se incluye el aprendizaje de lenguas.
La inmensa mayoría de los asistentes a las clases son presos de nacionalidad extranjera, que representan el 35,85% del total. En concreto, el pasado 20 de septiembre eran 3.227 de los casi 9.000 reclusos de los centros penitenciarios de Catalunya, según datos de la Conselleria de Justicia facilitados a Europa Press.
Para los presos que todavía no entienden o no se comunican bien en ninguna de las dos lenguas, las prisiones catalanas cuentan con mediadores culturales. Hay uno en cada centro, excepto en la Modelo y la de mujeres de Wad-Ras, ambas en Barcelona.
Estos trabajadores también hacen las veces de traductor e intérprete, además de fomentar actividades culturales de carácter lingüístico.
Asimismo, las bibliotecas de los centros cuentan con miles de libros en otras lenguas, a parte del catalán y el castellano. Justamente, este mes de septiembre se han recibido 350 ejemplares en las principales lenguas extranjeras que se hablan en las cárceles, como el árabe, el tamazigh, el urdu o el ruso. También se pueden consultar ejemplares de revistas como 'Al Arabi', la versión árabe de 'National Geographic'.
Además, en todas las prisiones se ha habilitado un ordenador cuya configuración y teclado están adaptados a la lengua árabe, para los presos de este origen. Próximamente, habrá otro en la prisión de jóvenes de la Trinitat, en Barcelona.
RESPETO A LA RELIGIÓN.
Precisamente, para fomentar el intercambio y el respecto entre culturas, la Conselleria firmó un convenio con el Centro Unesco Catalunya para llevar a cabo proyectos educativos de sensibilización e investigación en materia religiosa y de derechos humanos.
Para mantener un escrupuloso respeto hacia las creencias religiosas de los reclusos, las cárceles tienen acreditados varios representantes de las siete principales confesiones que se pueden encontrar en las prisiones: católicos, evangélicos, ortodoxos, testigos de Jehová, adventistas, judíos y musulmanes.
La asignación del personal religioso se hace según la demanda de los internos, por lo que se cuenta con varios convenios firmados con estas confesiones.
Además, en cada centro hay un espacio polivalente habilitado para celebrar ceremonias religiosas de todas las creencias. Igualmente, los reclusos pueden mantener sus costumbres y prescripciones alimentarias según su fe y la época del año.