La acusada de intentar matar a su marido se escuda con que la maltrató durante 17 años

La acusada de intentar matar a su marido en 2010
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 18 julio 2012 16:59

BARCELONA, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

La acusada de intentar matar a su marido en plena calle de Barcelona armada con un palo y una navaja en noviembre de 2010 se ha escudado este miércoles ante el juez de la Audiencia de Barcelona con que su esposo la maltrató durante 17 años con agresiones físicas e insultos que había llegado a denunciar.

Durante el juicio, la mujer, Montserrat S., que se enfrenta a una pena de 14 años de cárcel y que lleva dos en prisión preventiva, ha explicado que su marido había defecado en el bidé, esparcido leche por toda la cocina y lanzado todo un saco de tierra en su habitación para hacerle la vida imposible, con lo que tenían una relación "nula": cada uno lavaba su ropa y dormían en habitaciones separadas.

Según el relato de la Fiscalía, la procesada, vestida de negro con guantes y la cara cubierta, asestó varios golpes por la espalda con un bate de béisbol a su marido cuando salía de casa para ir a trabajar e incluso llegó a pincharle, si bien no logró acabar con su vida por la resistencia de la víctima.

No obstante, la encausada, que hacía tres meses que no tomaba su mediación para la depresión, ha manifestado que no sabe cómo fue a parar el arma a sus manos y que cuando abrió los ojos vio a su marido encima suyo intentando ahogarla.

Los Mossos d'Esquadra que acudieron al lugar tras el aviso de un transeúnte anónimo, han testificado que encontraron entre dos coches al esposo encima de ella reteniéndola por los brazos y que el hombre tenía la cabeza ensangrentada, desmintiendo que la cogiera por el cuello.

Según han explicado los agentes, la presunta agresora les contó que quería matar a su marido porque "no podía más" después de los malos tratos y vejaciones sufridas durante 17 años y que se tapaba la cara porque no quería que él la reconociera, lo que no ocurrió en ese momento pese a que el hombre les explico que, por la fuerza empleada, se debía tratar de una mujer.

El marido se ha negado a declarar amparado por el derecho a no hacerlo por ser cónyuge de la acusada, por lo que el juez ha leído lo que afirmó ante el juez instructor, cuando desmintió haberla maltratado y acusó a la mujer de ponerle tranquilizantes en el café.

Su hija, que le ha dado un beso a la madre al terminar su declaración, ha corroborado que Montserrat S. dejó de ir al psiquiatra en 2005 y de tomar la medicación meses antes y que la relación de la pareja "no era buena", sosteniendo que su padre insultaba a la madre y que los gritos se escuchaban desde la calle.

"DESCONECTADA DE LA REALIDAD"

La psiquiatra que la atendió en su ingreso en prisión ha explicado que su paciente está "desconectada de la realidad" y que su trastorno pudo alterar su plena libertad de conciencia en el momento de los hechos.

En el mismo sentido, otro perito ha señalado que tiene de base una personalidad muy débilmente estructurada, incapaz de enfrentarse a situaciones problemáticas, lo que se agravó con la depresión que le diagnosticaron en 2001 tras la muerte de su hijo de siete años.

Como ella misma ha explicado, tenía muchos de los objetos --como muñecas y documentación-- envueltos en plástico para que no se ensuciaran porque, según este médico, sufría una obsesión por la limpieza, lo que era la canalización de una angustia patológica.

"La cronología de los hechos participaron en la angustia que llegó al límite de lo soportable", ha indicado al destacar los procesos por demanda de separación y los tratos que recibió por parte del marido.

El presidente del tribunal ha insistido en declarar si la mujer fue consciente de su acción porque si se demostrara que su capacidad estaba mermada podría comportar rebajas en la pena final a imponer, como solicita la defensa de la acusada.

Pese a las declaraciones de los peritos, que han llegado a decir que las lesiones no podían provocarle la muerte, el fiscal cree que el suceso es constitutivo de un delito intentado de asesinato y pide, además de cárcel, 11.400 euros de indemnización y la prohibición de acercarse a más de 1.000 metros del esposo.