'Adriana Lecouvreur' de Francesco Cilea llena el Liceu de color y contrastes

Dolora Zajick, Maurizio Benini, Barbara Fritolli, Roberto Alagna Y Joan Matabosc
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Europa Press Catalunya
Actualizado: miércoles, 9 mayo 2012 17:57

BARCELONA 9 May. (EUROPA PRESS) -

La ópera 'Adriana Lecouvreur' del compositor Francesco Cilea llenará de color y contrastes el Gran Teatre del Liceu de Barcelona durante este mes de mayo, bajo la dirección musical de Maurizio Benini y la dramaturgia de David McVicar.

Según la mezzosoprano norteamericana Dolora Zajick (Princesa de Bouillon), la producción cuenta con unos artistas y directores que han sabido poner de manifiesto los contrastes de la obra que, por un lado, muestra la delicadeza de la princesa ante la pasión desaforada, al igual que la "diferencia entre el bien y el mal, expresada en los matices y colores de las voces".

La opulencia de las clases aristócratas francesas del siglo XIII entra en decadencia y "se contrapone con la virtud y la pobreza", ha explicado Zajick este miércoles en rueda de prensa.

El libreto de Arturo Colautti está basado en una comedia dramática de Eugène Scribe y Ernest Legouvé (1849) y protagonizada por la famosa actriz de la Comédie del siglo XVIII, Adriana Lecouvreur, gran intérprete de Racine y Corneille y amante del mariscal Maurici de Saxònia que, según la leyenda, murió envenenada por su rival en amores, la princesa de Bouillon.

El ritmo de la ópera es prácticamente cinematográfico, según Benini, quien asegura que los compositores de aquella época "ya podían combinar el ritmo musical con el teatral".

Situado en 1730, el escenario quiere reproducir aquel espacio social artificioso, intrigante y galante, característico de la aristocracia de esa época, mientras que, al mismo tiempo, sugiere la idea del "teatro dentro del teatro", ha explicado la soprano Barbara Fritolli (Adriana Lecouvreur).

El público podrá ver a los artistas entre bambalinas debido a la voluntad de McVicar de convertir la acción dramática en una representación teatral, ya que las fórmulas teatrales de éste melodrama son también artificiosas con el objetivo de impactar y emocionar más al público.

El tenor francés Roberto Alagna (Maurizio), ha destacado que todos los personajes son "modernos en la vestimenta, los sentimientos, los gestos y la manera de pensar, aunque se encuentran en un escenario tradicional".

Esta ópera en cuatro actos, que fue estrenada en Milán en 1902, es una coproducción con el Covent Garden de Londres, la Staatsoper de Viena, la Ópera de París y el San Francisco Opera.

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