Beigbeder narra un "quijotesco" viaje a la inmortalidad en su nueva novela

El escritor Frédéric Beigbeder posa antes de la presentación de su nueva novela 'Una vida sin fin' de la Editorial Anagrama, en el Institut Francs de Barcelona (España), a 20 de febrero de 2020.
El escritor Frédéric Beigbeder posa antes de la presentación de su nueva novela 'Una vida sin fin' de la Editorial Anagrama, en el Institut Francs de Barcelona (España), a 20 de febrero de 2020. - David Zorrakino - Europa Press
Publicado: jueves, 20 febrero 2020 14:44

Defiende que "escribir es una lucha contra la muerte"

BARCELONA, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

El escritor francés Frédéric Beigbeder narra un "quijotesco" viaje en busca de la inmortalidad en su nueva novela de ciencia no ficción 'Una vida sin fin' (Anagrama), que comienza como un artículo periodístico y aborda después una historia imaginaria, ha explicado en rueda de prensa este jueves.

Protagoniza la historia un triunfador que se codea con las estrellas de Hollywood --con el mismo nombre y del autor--, que emprende un viaje por todo el mundo en busca de la eternidad después de que su hija de ocho años le pregunte si todo el mundo se muere y él sienta los achaques de la edad.

En rueda de prensa, Beigbeder --que celebra con esta novela sus 20 años con el sello barcelonés Anagrama--, ha explicado que para escribirla se ha entrevistado con "grandes sabios" y especialistas de Boston, San Diego, Los Ángeles, Jerusalén y Ginebra para saber si realmente se puede ser o no inmortal.

El escritor ha probado en primera persona todo tipo de técnicas para la novela: como transfusiones de sangre de personas jóvenes, láseres que le transportaron a "una discoteca", escáneres coronarios y secuenciaciones de ADN.

Desde el humor y la ciencia ficción, narra su periplo en busca de la eternidad con un delirante recorrido digno de Don Quijote: "Es una especie de viaje al futuro y al corazón de la humanidad".

Tras someterse a numerosas pruebas, ha bromeado con que tiene 152 años y no lo parece, y ha dicho que le interesa más el viaje que la llegada: "Creo que he ganado algunos años más de esperanza de vida: ahora como más verdura, bebo menos y hago más deporte".

RENUNCIAR A SER HUMANOS

"Cuanto más avanza la biotecnología más nos podemos hacer preguntas sobre el futuro del ser humano y, si para vencer enfermedades, estamos dispuestos a renunciar a ser humanos", ha planteado Beigbeder.

Considera la inmortalidad un asunto novelesco y contado miles de veces, aunque reivindica la novedad en su novela de la mano de la exploración de las técnicas más novedosas ensayadas en 2020.

Ha dicho que las consecuencias de todos estos descubrimientos dan miedo, y plantean preguntas como si algún día la humanidad aceptará la creación de órganos artificiales o de animales, la fabricación de bebés genéticamente modificados y la modificación de la condición humana.

Ha señalado que la ideología que se esconde tras la inmortalidad "tiene que ver con los superhéroes y las grandes producciones americanas", así como con delirios narcisistas en las personas.

UNA AMBICIÓN DESMESURADA

Ha afirmado que escribir es una lucha contra la muerte y que este es el proyecto de cualquier novelista porque permite eternizar el tiempo: "Es el proyecto de todos los escritores", aunque la permanencia sea una ambición quizás desmesurada y ridícula.

"El arte pretende ser inmortal", ha dicho Beigbeder, que considera que un novelista que además ha escrito para vencer la muerte es un novelista al cuadrado.

Ha explicado que podía abordar la inmortalidad desde muchas perspectivas, pero que ha optado por experimentar él mismo con su cuerpo y ofrecer al lector material como un escáner de su propio corazón: "Es la primera vez que un escritor libra su corazón. No puedo evitar la comparación con Jesucristo que entregó su corazón a la multitud".

Ha pronosticado que si los médicos curaban hasta ahora personas enfermas, "el futuro es que curen a personas no enfermas de la mano de la medicina preventiva" para alejar la muerte.

Ante la por ahora imposibilidad de la inmortalidad, ha añadido que la buena conclusión es siempre un 'carpe diem': "Si puedes elegir entre el hedonismo de una vida breve o la larga noche de una vida eterna, prefiero la primera solución. Pero es mejor un hedonismo eterno", y ha añadido que la eternidad es en realidad, para él, ser padre.