BARCELONA 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Diocesana de Barcelona criticó hoy que el aumento del PIB en los últimos años, por encima de la media de la Unión Europea (UE), no ha repercutido en una disminución del número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Según la entidad, cuando hace algunos años advirtieron que había 8 millones de españoles pobres, les calificaron de "pesimistas", mientras que ahora algunos informes oficiales verifican esta estadística.
Durante la presentación de la memoria anual del año 2005 en las tres diócesis de Barcelona, el director de la institución, Jordi Roglà, aseguró que "las cifras de la pobreza cada vez nos sorprenden menos". Por ello, aseguró que "no nos cansaremos de esforzarnos para dar un vuelco a la realidad, pero no hacemos suficiente" y recordó que las entidades sociales son "subsidiarias" de lo que haga la Administración.
En este sentido, lamentó que el gasto social en España sea siete puntos inferior a la media europea y que el gasto en atención a la dependencia sea la mitad de la UE. Por todo ello, instó a las administraciones a luchar para eliminar el déficit de infraestructuras, pero en primer lugar el déficit acumulado en atención a las personas. "Las soluciones para los pobres no pueden esperar diez años", aseguró.
CAMBIO EN EL PERFIL DE POBRES.
Cáritas atendió el año pasado en casi toda el área metropolitana de Barcelona a 22.463 personas, 1.445 más que el año anterior. No obstante, lo más preocupante es que casi la mitad de los atendidos son jóvenes o menores de edad. Además, la pobreza también afecta más a mujeres que a hombres, ya que el 57% de los que acudieron a Cáritas eran mujeres.
También los extranjeros son los más necesitados de atención social, siendo el 76% de los beneficiarios, lo que supone un 23% más que en el año 2000. Por origen, el 40% de las personas atendidas procedían de América del Sur, mientras que un 22% eran magrebíes. A los inmigrantes, además, se les añade el inconveniente de su situación legal, de la que carecen el 44% de los atendidos.
En este sentido, Roglà explicó el cambio de perfil de la persona pobre atendida por la institución caritativa. Hasta finales del siglo pasado los afectados eran hombres de entre 40 y 50 años, con problemas económicos y españoles. En cambio, ahora, además de pobreza económica hay falta de relaciones sociales y afectivas, son jóvenes y mujeres e inmigrantes.
Por su parte, la responsable de Acción Social de Cáritas, Carolina Roig, explicó que 245 personas atendidas sufrían problemas mentales, algo que es preocupante sobre todo en el caso de las personas que viven en la calle.
VIVIENDA Y TRABAJO.
Uno de los ámbitos donde la exclusión social se nota más es el de la vivienda. La mitad de las personas atendidas viven en viviendas compartidas o habitaciones realquiladas, nueve puntos más que en el 2000, lo que les impide tener "el hogar deseable", según Roglà.
Además, de los que viven de realquiler el 57% son familias sin recursos y una cuarta parte son madres solas con hijos a su cargo, mientras que el 90% son inmigrantes. Incluso, el hecho de vivir en pisos compartidos puede "afectar el rendimiento escolar de los niños".
Por todo ello, Cáritas ha aumentado las ayudas económicas para vivienda, que superan el medio millón de euros, principalmente para ayudar pagar el realquiler.
Otro aspecto destacado por Cáritas es el laboral. Según sus estadísticas, el 65% de los atendidos no tienen ingresos fijos y un 67% de los que tienen edad para trabajar no lo hacen. En cambio, el 19% de los que trabajan, lo hacen sin contrato, mientras que el 58% de las ofertas laborales son para el servicio doméstico.