BARCELONA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gran Teatre del Liceu volverá a acoger la producción de 'Carmen' de George Bizet a cargo del director escénico Calixto Bieito, un montaje que "resta el preciosismo y conserva la esencia de drama psicológico", en el que repetirá la mezzosoprano protagonista que pudo verse en 2010 y 2011, Béatrice Uria-Monzon, ha explicado este martes en rueda de prensa el director musical, Ainars Rubikis.
La producción cuenta con seis únicas funciones, entre este viernes y el 2 de mayo, que conservan la dirección escénica diseñada por Bieito, pero en las que cambia parte del elenco, aportando "una energía diferente", ha valorado Rubikis, que ha destacado la interpretación del montaje, además de la música.
Uria-Monzon --que ha encarnado a Carmen en más de 300 representaciones--, estará acompañada por el tenor Nikolai Schukoff en el papel de Don José y el barítono Massimo Cavalletti en el rol de Escamillo, dos actuaciones que aportan aires nuevos a la intérprete, ha reconocido.
El montaje de Bieito presenta una Carmen menos folclórica y más veraz a nivel emocional, que se centra en los actores --y no solo cantantes--, según ha hecho hincapié Rubikis, que se estrena como director en el Liceu y en Barcelona.
La 'Carmen' de Bieito es una coproducción del Liceu con el Teatro Massimo de Palermo, el Teatro Regio de Turín y La Fenice de Venecia, de Italia, y ha sido vista por más de 500.000 personas en 16 ciudades de España, Países Bajos, Bélgica, Colombia, Reino Unido, Suiza, Italia y Noruega.
ESCAMILLO, EL MESSI OPERÍSTICO
La protagonista ha coincidido en que es la versión de la ópera en la que ha encontrado "más violencia", con un coro y unos figurantes muy fuertes que hacen más real la producción y la distinguen de otras versiones, presentando una escenografía muy vacía que permite recrearse en el drama, pero sin buscar el escándalo 'per se'.
"Hoy en día todo el mundo puede encontrar escándalo, en la tele, en Internet, en películas; lo que ahora es espectacular y excepcional es hacer las cosas bien, verdaderas, y despertar emociones", ha reflexionado Cavalletti.
El barítono interpreta un Escamillo "más francés, un poco italianizado y con menos forma de torero de las corridas", pero poniendo el énfasis en la fuerza del personaje, como antagonista de Don José, y que llega a escena provocando la misma reacción que Messi causaría si apareciera en La Rambla, ha bromeado.
Cavalletti ha confesado que las arias de su personaje, que son algunas de las más esperadas por el público, "ponen a prueba" la voz y el francés, una lengua que incrementa la dificultad para pronunciar y vocalizar, incluso para barítonos franceses, ha reconocido.