Los catalanes se casan de media a los 33,3 años y la esperanza de vida femenina roza los 86

Actualizado: miércoles, 11 mayo 2016 16:51

La población se casa más tarde y tiene una de la esperanzas de vida más altas

CERDANYOLA DEL VALLÈS (BARCELONA), 11 May. (EUROPA PRESS) -

La edad media del primer matrimonio de la población catalana se ha alargado en 4,5 años (34,3 años para los hombres y 32,3 para las mujeres) y la esperanza de vida se sitúa con 80,4 años en el caso de los hombres y 85,9 en el de las mujeres, siendo una de las más altas del mundo.

Son algunas de las conclusiones que presenta un estudio del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) que ha analizado el crecimiento, la formación de la pareja y la fecundidad, la longevidad y los movimientos migratorios en la Catalunya del siglo XXI, según ha informado la UAB en un comunicado.

La inmigración y el modelo económico han influido en las pautas de formación de pareja y la familia ya que desde el 1999 los matrimonios se han reducido en un 19%.

Además, del total de registrados en 2014 un 83% eran civiles, cuando a finales del siglo XX sólo lo eran una tercera parte.

Asimismo, casi la mitad de las parejas actuales de entre 25 y 34 años cohabitan aunque las roturas de parejas han crecido ligeramente, después que en 2006 se registrara un récord de 27.846.

Por otro lado, los hombres han recortado la esperanza de vida con respecto a las mujeres ya que en el 2000 era de casi siete años y en 2014 de 5,5, un factor que se ha atribuido "a la adopción de hábitos perjudiciales para la salud de las mujeres, especialmente el tabaquismo, y la corrección entre los hombres".

REDUCCIÓN DE LA INMIGRACIÓN

En Catalunya los nacidos en el extranjero han pasado a representar el 17% de los empadronados, mientras que los originarios del resto de España se ha reducido hasta un 18,3%.

A partir de 2008 empezó a rebajar el crecimiento migratorio y en 2013 se registró el peor dato con 45.000 personas menos, a la vez que subió la emigración, con casi 800.000 salidas, de las cuales un 14% fueron de autóctonos; más del 90% del crecimiento de la población catalana se ha debido al saldo migratorio.

En este sentido, el investigador del CED, Andreu Domingo, ha indicado que cada vez más y con demasiada frecuencia "para una parte de la población, tener éxito económicamente y profesionalmente significa renunciar a tener pareja y/o hijos, o a irse del país", y ha sugerido esfuerzos para construir elementos que posibiliten la cohesión social.

En 2014, el 47% de los hijos nacían fuera del matrimonio y entre 2000 y 2013, el 26,6% de los nacimientos registrados tenían un padre o una madre extranjera, aunque la crisis económica los ha frenado.