BARCELONA 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El comedor social Emmaús del barrio del Eixample de Barcelona, que ofrece menús a ancianos con escaso apoyo social y familias con menores a cargo en riesgo de exclusión, ha tenido que triplicar su ayuda desde su creación en abril de 2011 ante el aumento de la demanda, pasando de 30 menús diarios a un total de 95.
Según han explicado a Europa Press las impulsoras y responsables del comedor, las hermanas Rosa Maria y Maria Lourdes Servent, el proyecto de Emmaús supone dar un paso más allá del servicio que presta un comedor social tradicional para integrar el concepto de dignidad y eliminar el de caridad.
"La pobreza y la exclusión afectan a muchísimas familias y ancianos y cada vez son más las personas que llaman a nuestra puerta", ha explicado Maria Lourdes, lamentando que el comedor no pueda servir por ahora más menús, aunque sí que ofrece bocadillos a quien lo precise.
Emmaús ha podido asumir la triplicación de la demanda en poco más de un año gracias a la colaboración de voluntarios y supermercados, pero sobre todo al proyecto Alapan --Alimentos Para Necesitados--, impulsado por los Clubs Rotarios de Barcelona para entregar cada día 60 menús cocinados en hoteles y restaurantes de la ciudad.
Alapan ha permitido entregar ya 5.000 menús a la "familia Emmaús", como denominan el proyecto todos los que participan en él, y prevé ampliar su reparto a dos comedores sociales más en los próximos meses.
COMIDA DIGNA Y DE CALIDAD
Emmaús, que funciona con al colaboración de las parroquias de Sant Eugeni I Papa y El Pilar, es un servicio social que va más allá de un simple comedor: "Se trata de un espacio en el que se ofrece una comida digna y de calidad dentro de un entorno de acompañamiento y apoyo", ha insistido Maria Lourdes.
Aunque el comedor nació con el objetivo de atender solo a ancianos, un colectivo en el que la pobreza es muy silenciosa, especialmente en un barrio de clase media, Emmaús empezó a preparar menús también para familias con menores a cargo, colectivo especialmente castigado y vulnerable.
Durante la comida, que se sirve de 13 a 14 horas en el número 307 de la calle Comte Borrell, ancianos y familias "conviven y comparten experiencias, algo que les ayuda mucho y les permite sobrellevar mejor su situación y entablar una relación sólida", ha explicado Rosa Maria.
PERFIL COMÚN
Los ancianos que acuden al comedor comparten un perfil común: se trata de personas del barrio inmersas en la soledad, que cuentan con escaso apoyo familiar y mínimos recursos económicos, lo que les ha conducido a un deterioro de su calidad de vida que "les avergüenza".
En Emmaús, además de mantener una dieta equilibrada, restablecen sus relaciones sociales con el resto de usuarios y pueden llevar a cabo "un envejecimiento activo, algo que les dignifica", ha valorado Rosa Maria.
Además de menús diarios de lunes a viernes, el comedor también ofrece otras actividades que fortalecen los lazos de familia Emmaús, como animaciones junto a grupos de jóvenes voluntarios, talleres, seguimiento médico y acompañamiento.