Plantea crear un 'opera studio' como plataforma de proyección de los "talentos del futuro"
BARCELONA, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
La nueva directora artística del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, Christina Scheppelmann, ha destacado este sábado su ilusión y compromiso de llevar al teatro un proyecto basado en la calidad y en producciones que no se han visto antes en el teatro lírico: "Creo en estimular al público con cosas nuevas", ha dicho.
Tras ser ratificada este viernes como nueva directora por unanimidad por la comisión ejecutiva del Liceu, por sus propuestas innovadoras y concepción de trabajo en equipo, la directora alemana ha abundado en su intención de "mantener, seguir y aumentar la calidad si cabe" en las próximas temporadas artísticas.
Según Scheppelmann, en el Liceu existe una afición para la lírica desde hace mucho tiempo, pero ha defendido la necesidad de estimular al público existente y a otros nuevos con "obras innovadoras", a través de propuestas de calidad que permitan entusiasmar al espectador, que ha dicho que está cansado de ver siempre las mismas propuestas.
Scheppelmann (Hamburgo, 1965), que ha trabajado en la Washington National Opera y en la Ópera de San Francisco, combinará su actividad con el Royal Opera House de Muscat (Oman) hasta enero, cuando se establecerá de forma definitiva en Barcelona, con un "planteamiento artístico ambicioso que hace una apuesta por la excelencia", ha destacado el director del Liceu, Roger Guasch.
Toma el relevo del director artístico saliente Joan Matabosch, quien ya ha programado la próxima temporada, y Scheppelmann ha constatado que su sello artístico quedará oficialmente imprimido en la temporada 2016/2017, cuando se ha comprometido a sumar un mayor repertorio de óperas del siglo XX.
Tras insistir en la necesidad de conocer a todo el equipo barcelonés y estudiar las temporadas de los últimos años para basar su proyecto artístico, ha anunciado su intención de crear un 'opera studio' en el Liceu como plataforma de apoyo y proyección de los que serán los "talentos del futuro", convencida de que actualmente los grandes teatros están faltos de propuestas en este sentido.
ESTIMULAR A NUEVOS COMPOSITORES
Ha destacado que "el nivel artístico y musical debe ser excelente, pero también existen otras responsabilidades, como la de llevar obras nuevas, estimular a compositores y soluciones nuevas para que haya un futuro para la ópera".
"Me gustaría crear un estudio para cantantes jóvenes, pianistas, compositores y libretistas, porque éste es un fallo que hemos cometido todos a nivel internacional", ha lamentado la directora, que ha observado que desde que los artistas salen del conservatorio hasta que componen grandes obras hay un camino que recorren que permanece en tierra de nadie.
Con el compromiso mejorar su catalán, que habla de forma escueta tras pasar por el teatro lírico hace 20 años, Scheppelmann ha manifestado su "gran cariño" al Liceu, donde creció su padre y vio su primera ópera a los 14 años, y ha destacado la proyección internacional y numerosas posibilidades del teatro.
"GRAN CARIÑO" AL LICEU
"Le tengo mucho cariño a nivel personal y es un teatro extraordinario", que tiene una larga trayectoria, ha argumentado la nueva directora, que ha alegado también razones personales y sentimentales para regresar a la capital catalana, donde tiene una parte de su familia.
La nueva directora, que ha dejado claro que no viene a Barcelona por motivos económicos, cobrará 135.000 euros brutos anuales, además de complementos por traslado a la ciudad, ha señalado Guasch preguntado por esta cuestión, en que ha alegado que en el resto de teatros europeos este sueldo suele ser entre un 30% y 40% superior.
ÓPERA Y CRISIS
Preguntada por las limitaciones económicas del teatro, ha rebatido que éstas están presentes en todos los teatros del mundo, y ha apostado por fórmulas creativas y de coproducción para llevar estrenos al teatro: "La cuestión económica no necesariamente impide obras nuevas".
Ha remarcado su máximo respeto por el equipo del teatro, y ha descartado llevar con ella uno nuevo, porque según ha dicho demostraría una "gran inseguridad", y está abierta a conocer el existente para tender puentes de entendimiento.
"No llego aquí con el afán de quererlo cambiarlo todo, solo lo que no funciona", ha remarcado la nueva directora, que hasta enero contará con un colaborador que le ayude en este periodo de transición.
"Me parece poco útil entrar y quererlo cambiar todo o creer que todo lo que ha funcionado en otro teatro puede funcionar aquí; quiero ver como se hacen las cosas aquí antes de hacer mi propuesta", ha insistido Scheppelmann, tras imponerse a 49 candidatos de once países que han optado a esta plaza artística en el Liceu.
