BARCELONA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las matriculaciones en los ciclos de formación profesional (FP) se han disparado un 30% en Catalunya desde el inicio de la crisis, principalmente por la irrupción de alumnos de 20 años en paro que buscan una alternativa para inserirse en el mercado laboral, según revela el estudio de la Fundació Jaume Bofill 'La FP y la ocupación en Catalunya. Un repaso a los indicadores desde una perspectiva comparada'.
El director de la Fundació Jaume Bofill, Ismael Palacín, ha presentado este miércoles el estudio el rueda de prensa junto al sociólogo y profesor de la Universidad de Glasgow Òscar Valiente y el investigador de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Adrián Zancajo, los dos autores del trabajo.
En la última década, los estudios profesionales son los que más han crecido entre la población adulta, especialmente los ciclos formativos de grado superior: "La gran mayoría de los que han superado un grado medio sigue sus estudios, algo muy positivo y que dignifica el sector", ha dicho Valiente.
Antes de la crisis, la media de edad de catalanes que estudiaban FP era de 17 años, pero ahora ya supera los 20: "La formación profesional ha abierto las puertas a muchos jóvenes en paro y baja calificación, actualmente sin oportunidades formativas en otros itinerarios".
Ha advertido de que la FP "ha sufrido durante mucho tiempo el estereotipo de que solo sirve para personas que no saben o no pueden estudiar", algo que de ha conseguido superar con tiempo y pedagogía, y ha celebrado que en Catalunya se haya logrado romper el mito del desprestigio de la FP.
Pese a ello, ha advertido de que el Estado y la Generalitat tienden cada vez más a combatir el fracaso escolar derivando a los alumnos con menos capacidades a la FP: "Esto supone retroceder mucho, volver a modelos pasados, y rebajar la calidad de los estudios".
Ha abogado por potenciar la atención individualizada en los primeros cursos de Secundaria como alternativa, y por recomendar la FP a aquellos alumnos verdaderamente capacitados y motivados para aprender un oficio.
También ha concretado que el principal problema de inserción laboral de los jóvenes no es de formación, sino de falta de creación de ocupación calificada: "La investigación e innovación que hacen nuestras empresas es muy baja y eso revierte en una reducción de las exigencias formativas. Así no se fomenta la excelencia".
"POCA FORMACIÓN"
El trabajo revela que Catalunya tiene "una población con la base de la pirámide muy grande a nivel educativo", ha dicho Valiente, teniendo en cuenta que hay un gran volumen de ciudadanos con poca formación: el 44% de los catalanes a penas tiene estudios, 19 puntos más que la media europea.
"Falta gente con estudios postobligatorios y no sobran universitarios, en contra de lo que piensa mucha gente", ha añadido, y ha rechazado que los culpables de esta situación sean los jóvenes, sino que ha apuntado al sistema educativo, que durante años ha dado la espalda a las elevadas tasas de abandono escolar.
A las elevadas tasas de catalanes con formación poco calificada, se suma el hecho de que sólo el 10% de las personas de entre 25 y 64 años que ha acabado sus estudios se sigue formando: "De los pocos que amplían sus conocimientos y se reciclan, no se tienen datos de seguimiento ni eficacia, algo que urge revertir".