El índice de satisfacción política subió 4,1 puntos de marzo a julio
BARCELONA, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las elecciones catalanas registrarán al menos el 56,5% de participación, según el informe de julio del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat. Su director, Gabriel Colomé, auguró además que se rondará el 60% porque la convocatoria es para el miércoles 1 de noviembre (festivo), de manera que el votante "no queda aislado durante dos días" como ocurre en comicios de fin de semana.
El Índice de Satisfacción Política de julio refleja que, además del 56,5% como mínimo que votará, habrá al menos un 16,2% de abstencionistas, es decir, aquellos que no votaron en las pasadas elecciones autonómicas y prevén volver a no hacerlo).
El resto de porcentajes es lo que hará variar las cifras definitivas de participación y de abstención. Se trata de un 11,2% de desmovilizados (votaron en 2003 pero prevén no hacerlo ahora); un 7,3% de movilizados (se abstuvieron pero ahora prevén ir a las urnas); y un 8,8% que no sabe o no contesta y que no queda atribuido en el informe del CEO, que no ha querido hacer una proyección de voto sobre ellos.
Gabriel Colomé constató que dependerá de las estrategias de campaña "cómo movilizar a los desmovilizados y cómo incentivar a los movilizados para que se conviertan en participativos" el 1 de noviembre.
En las pasadas elecciones al Parlament (2003), hubo un 62,54% de participación (59,2% en las de 1999) frente a un 37,46% de abstención (40,8% en las anteriores). Colomé concluyó que, según la participación que fija el estudio de julio, "estamos entre los años 1999 y 2003, y aún quedan 6 puntos como mínimo para subir" y alcanzar el 62,54% de hace tres años.
SATISFACCIÓN COYUNTURAL Y ESTRUCTURAL.
Las cifras del estudio se basan en el análisis de respuestas de cuatro perfiles de encuestados: los integrados satisfechos (están satisfechos estructuralmente y, por tanto, integrados en el sistema político, y además satisfechos con la coyuntura política); los integrados insatisfechos (satisfechos estructuralmente pero no coyunturalmente); los desvinculados satisfechos (decepcionados estructurales pero satisfechos coyunturales); y los desvinculados insatisfechos (decepcionados tanto estructural como coyunturalmente).
Respecto al anterior Índice de Satisfacción Política, el de marzo, los mayores cambios se dan entre los integrados insatisfechos (que suben del 14,6% de marzo al 20,4%) y entre los desvinculados satisfechos (bajan del 23,7% al 18,6%).
En cambio, se mantienen el número de integrados satisfechos (pasan del 25,2% al 25,4%) y de desvinculados insatisfechos (del 36,4% pasan al 35,6%).
El estudio, que atribuye diversas características políticas y sociales a cada uno de los cuatro perfiles, sitúa a los simpatizantes de PSC y de ICV-EA entre los integrados satisfechos; a los de CiU y ERC, entre los integrados insatisfechos; a quienes no pudieron votar en las pasadas elecciones, entre los desvinculados satisfechos (los entrevistados más jóvenes); y a los simpatizantes del PP o de ningún partido, entre los desvinculados insatisfechos.
AUMENTO DE SATISFACCIÓN POLÍTICA.
Entre los encuestados en general, el porcentaje de satisfacción política ha aumentado 4,1 puntos porcentuales entre marzo y julio, al pasarse del 38,7% al 42,8% de satisfechos, mientras que la insatisfacción ha bajado del 61,3% al 57,2%, sobre un máximo de 100.
En una escala de -10 a 10, el Índice de Satisfacción Política mejora respecto a marzo al subir de -1,01 a 0,71 puntos. El índice de marzo es el más bajo de la serie: en noviembre del año pasado se registraron -0,51 puntos y en junio de ese mismo año, de -0,83.
La encuesta se realizó en Catalunya telefónicamente a 2.100 mayores de edad y del 26 de junio al 10 de julio, es decir, antes del referéndum estatutario, y después de la salida de ERC de la Generalitat y de que Pasqual Maragall anunciara que no iba a presentarse a la reelección.
