LLEIDA 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
El fiscal mantiene la petición de pena para los cuatro acusados por el brote de peste porcina que afectó a Lleida en el 2001. Los gerentes y veterinarios de Piensos Yak y Piensos Gatnau se enfrentan a 1 año y medio de prisión por un delito contra la salud pública y también a una indemnización de siete millones y medio de euros y multas de 144.000 euros.
El juicio quedó hoy visto para sentencia después de cuatro días en los que han declarado más de una cuarentena de testimonios. El juez deberá decidir ahora si los cuatro acusados fueron los responsables directos de la epidemia desencadenada hace cinco años.
La acusación pública mantiene que los gerentes y veterinarios omitieron la sospecha de una enfermedad grave en los cerdos de sus granjas. El fiscal, Eduardo Piedrabuena, apuntó que una superficie de Piensos Yak fue el origen del foco del virus que provocó el sacrificio de más de 50.000 animales, acusación que la defensa considera "muy grave".
Además, la defensa quiso recordar la coincidencia de testimonios especialistas, que aseguraron que era muy difícil detectar la peste porcina a causa de las condiciones que se vivían en Lleida en aquel año.