El Govern impulsa una campaña para concienciar de los costes de lanzar toallitas al váter

BARCELONA 5 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Conselleria de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, en colaboración con el rea Metropolitana de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona, ha impulsado una campaña para concienciar sobre los costes medioambientales y económicos de lanzar toallitas húmedas y otros residuos al váter: "El inodoro no es una papelera", ha remarcado.

En rueda de prensa, el conseller Dami Calvet ha explicado este miércoles que el vertido de productos como las toallitas, los bastoncillos para los oidos y los apósitos femeninos, que no se degradan en el sistema de saneamiento y pueden provocar obturaciones en las tuberías de los sistemas de saneamiento con un "destacadísimo impacto ambiental y económico".

La campaña, bajo el eslogan 'Estem creant un monstre, i aix no és cap pellícula' (Estamos creando un monstruo, y esto no es ninguna película), se difundirá este mes y en enero de 2020 a través de diferentes soportes, contará con un corto --que también se proyectará en salas de cine-- y cuenta con una inversión prevista de 1,5 millones de euros, aportada por las administraciones implicadas.

Calvet ha llamado a un uso responsable de este tipo de productos de higiene personal y ha remarcado que si se abocan al váter, junto con las grasas, aceites y otras sustancias que llegan a los sistemas de saneamiento generan una masa compacta que se conoce como 'fatberg', que provoca un impacto negativo en las tuberías y bajantes de edificios, sobrecoste económico en las depuradoras, impacto en el ecosistema marino y sobrecoste en los presupuestos públicos para su gestión y eliminación.

Según EurEau --federación europea que aglutina diversas asociaciones nacionales de servicios de agua--, el lanzamiento de este tipo de productos por el inodoro comporta unos sobrecostes a los sistemas de saneamiento de entre 500 y 1.000 millones de euros anuales en Europa.

4.400 TONELADAS EN BARCELONA

Calvet ha recordado que, con datos de 2017, las depuradoras del entorno de Barcelona recogieron 4.400 toneladas de residuos sólidos, la mayor parte toallitas, lo que supone una media de un kilo y medio anual por habitante, y la planta depuradora de Lleida recogió 247, cantidades "muy elevadas".

La campaña se estructura alrededor de la idea de que con el vertido de productos de higiene personal al váter se está creando "un monstruo peligroso, que no se ve", por ello en el corto se intuye su presencia sin mostrarse con un tono de película de terror.

Calvet ha remarcado que las depuradoras no tratan residuos sólidos y que la llegada de estos residuos provocan unos sobrecostes, que pueden ser de unos 150.000 euros al año en una ciudad media de unos 200.000 habitantes, por lo que ha abogado por verterlos en aquellos contenedores habilitados para su tratamiento.