MADRID 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
La organización ecologista Greenpeace consideró hoy "insignificante" la sanción de 1,6 millones de euros impuesta por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a la central nuclear de Vandellós II (Tarragona) por el incidente de agosto de 2004.
La responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, Sara Pizzinato, declaró hoy a Europa Press que "la sanción es insignificante respecto a los beneficios de Endesa e Iberdrola, es una minucia". "No llega ni a un 1% de lo que han podido ganar las empresas propietarias de Vandellós II en esos 8 meses", añadió.
La sanción demuestra, para Greenpeace, que existe "una falta de cultura de seguridad en las centrales nucleares", y Pizzinato advirtió que "el parque nuclear es casa vez más viejo y van a tener más problemas de seguridad, y esto demuestra que no se puede contar con la conciencia de seguridad del CSN ni de los titulares de las centrales".
La central estuvo funcionando "violando gravemente las normas de seguridad durante aproximadamente 8 meses, tal y como admitió el CSN, quien permitió el funcionamiento de Vandellós II a pesar de conocer el problema", según la organización.
Para Greenpeace la única solución a estos incidentes es el cierre de todas las centrales nucleares. La responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace aseguró que el 100 por 100 de la energía de origen nuclear que se consume en España se puede sustituir por energías renovables y ahorro y eficiencia energética.
Pizzinato denunció que más de 800 incidentes han quedado sin sancionar porque el CSN ha sustituido las sanciones por los apercibimientos, y no se llega a multar. Por este motivo, pidió la desaparición de la figura del apercibimiento, que "el CSN ha utilizado con frecuencia para evitar multar a las empresas infractoras".
Greenpeace reclamó una reforma urgente del régimen sancionador y exigió que las sanciones equivalgan al lucro obtenido por las centrales mientras funcionan violando las normas.
"El caso de Vandellós II ha demostrado que, con el actual régimen sancionador, a las centrales nucleares les resulta muy rentable funcionar violando las normas de seguridad, poniendo en riesgo la salud y el medio ambiente", concluyó.