Investidura.- Montilla se reivindica como "el primer trabajador para Catalunya"

Actualizado: jueves, 23 noviembre 2006 14:23

BARCELONA, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

El candidato a la presidencia de la Generalitat, José Montilla, aprovechó su discurso en el pleno de investidura para reivindicarse personalmente como futuro presidente calificándose como el "primer trabajador para Catalunya". Según Montilla, la Catalunya del 2006 "no necesita ser dirigida de forma mesiánica" ni un "liderazgo moral y la retórica que lleva asociada", por ello, confió en ganarse la "autoridad moral" con su trabajo y el de su gobierno. Montilla cerró su discurso con un 'Visca Catalunya'.

"Soy un trabajador y me siento orgulloso de que sea así. Más que un ideólogo o un político soy un trabajador de la política", dijo. "Un hombre que ha hecho de los valores del trabajo su norma de conducta moral y su guía personal, que ha comprobado la relación directa entre el esfuerzo y el resultado, entre el sacrificio y el éxito", añadió.

"Seré el primer trabajador para Catalunya y para los catalanes. Nadie trabajará más que yo y el trabajo tiene recompensa", proclamó, consciente de que "sin la confianza de los catalanes la aritmética parlamentaria no será suficiente". "Tengo confianza en mí mismo, en Catalunya y su gente, la que habla y la que escucha. Tengo pasión por lo que hago. No competiré estéticamente, pero quiero ser de los primeros en el ejemplo ético. No competiré en oratoria, pero quiero ser el primero en decir lo que pienso y hacer lo que digo. No competiré en promesas, pero seré el primero en cumplir mis compromisos".

Montilla proclamó su "pasión" por el "servicio público" y desgranó su identidad básica: "servició, compromiso, esfuerzo, lucha y confianza". Se definió como "discreto, pero transparente; no chillo pero sé dirigir; no gesticulo pero sabré gestionar; no me río, pero soy feliz de poder servir a mi país; soy reservado, pero estoy seguro, convencido y decidido a hacer honor a la trayectoria moral y política del hilo rojo del catalanismo político y de los compromisos cívicos que marcaron Macià, Companys, Irla, Tarradellas, Pujol y Maragall". "Son mis maestros y referentes. Respeto y admiro la experiencia y la historia pero no vivo condicionado por el pasado. Ahora es la hora de la Catalunya del presente y del futuro", dijo.

Montilla destinó el final de su intervención para hablar del "estilo" de los gobernantes que necesita la "Catalunya madura" y aseguró que asumirá la responsabilidad de ser presidente "consciente de ser el depositario de un digno legado histórico de servicio al pueblo de Catalunya" y "consciente del profundo sentido histórico de la autoridad institucional que me será conferida".

Al mismo tiempo, señaló que trabajará con el própósito de "ganar desde el primer día la autoridad moral desde la plena legitimidad del ejercicio" de las funciones de su cargo. "Serán las acciones las que nos investirán de la autoridad moral para orientar el futuro de nuestro país", avisó Montilla a quienes le cuestionan.

El candidato explicó que su concepción de la política es "bien sencilla y práctica" y la resumió en "realizar lo necesario según cada circunstancia". Para ello, consideró necesario "determinación, prudencia y método, sentido de la realidad, de la correlación de fuerzas, de lo que es posible en cada momento para avanzar". En este sentido, avanzó que "no esperen de mí y de mi gobierno más que trabajo riguroso, decisiones razonadas, confianza en la sociedad catalana y rendir cuentas del trabajo hecho".

Montilla se manifestó convencido de que si el gobierno de Catalunya "trabaja sin desfallecer, decide con autoridad democrática y rinde cuentas con transparencia logrará sus objetivos programáticos" y "contribuirá decisivamente a reforzar el necesario clima de confianza política para afrontar problemas desde la esperanza y no desde el temor".

No obstante, la intención de Montilla al final de su discurso era reivindicar sus valores y su trayectoria personal. Abogó por potenciar el valor del respeto y señaló que "a los políticos nos toca dar ejemplo, respetando a los ciudadanos, las instituciones y las leyes". "Pensar ordenadamente, actuar racionalmente, atender cálidamente", serán las directrices que dará a su gobierno y se presentó como garantía.

Recordó su trayectoria y el conocimiento de la realidad catalana desde la política municipal y defendió su idea de Catalunya como "una nación, consciente de su identidad política, de su pluralidad interna e interdependencia marco español y europeo, una sociedad emprendedora, abierta, diversa, capaz de asumir y regular el conflicto y trascenderlo cívicamente", como la "suma integral de unos territorios singulares", con una "cultura dinámica, en mutación constante, receptiva al cambio, en búsqueda permanente del equilibrio entre lo viejo y lo nuevo, entre sus matrices diversas en lo referente a su origen y su lengua".

Se trata, dijo, de una "Catalunya compleja, poliédrida, como corresponde a una sociedad avanzada", en la que hemos de impedir que "cuaje la fragmentación social", y que "no puede ser gobernado con ideas simplistas y ancladas en el pasado, ni dirigismos excluyentes ni intervencionismo desconfiado". Para Montilla, Catalunya necesita "buenos proyectos, pensados con rigor y acordados socialmente".