BARCELONA 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) reúne desde mañana al 18 de febrero en una exposición unas 350 obras de Pablo Palazuelo, en una de las retrospectivas más amplias que se han dedicado al artista, figura clave del arte español de la segunda mitad del siglo XX.
Las obras presentes en 'Palazuelo. Proceso de trabajo', algunas de ellas inéditas, permiten hacer un recorrido por todos los periodos de la trayectoria artística de Palazuelo, poniendo especial énfasis en las creadas en los años 50 y 60.
El carácter 'performativo' de la obra de Palazuelo hace que la exposición haya dado una gran relevancia a los dibujos y las obras donde se refleja más claramente el proceso de trabajo del artista, estableciendo relaciones entre pinturas, esculturas y proyectos arquitectónicos. El director del MACBA, Manuel Borja-Villel, también comisario de la exposición, esta muestra es la "más ambiciosa a nivel de investigación" sobre el artista.
Para Palazuelo, el arte es sobre todo "un camino para dar salida a los problemas humanos" y una investigación de nuevas formas y espacios, lo que queda reflejado en esta muestra, que huye de toda interpretación 'mística' y 'pseudoreligiosa' de su obra.
Manuel Borja-Villel explicó que la muestra exhibe, sobre todo, obras de la primera época --pinturas, dibujos, esculturas y bocetos-- de este artista "solitario" que "repiensa la abstracción". La muestra de Palazuelo coincide en el MACBA con la de Gego, ambos "artistas que replantearon la modernidad".
El director del MACBA señaló que mientras la modernidad buscaba la "pureza", el artista madrileño investigaba sobre la hibridación y el cinetismo mediante aspectos constructivos como la línea, "a caballo entre la pintura y la escritura", el aspecto 'performativo' y el simbólico-ornamental.
La exposición quiere reivindicar el reconocimiento internacional de la obra de Palazuelo, poco valorado debido a la precaria situación de la historiografía contemporánea española y una noción excesivamente lineal de la abstracción. Esta concepción ortodoxa del arte moderno, según el comisario, es la que que otro tipo de prácticas hayan quedado parcialmente olvidadas, contexto en el que se situaría Palazuelo.
La historiografía de los últimos 30 años ha circunscrito a Palazuelo en una abstracción de tipo idealista, muy vinculada a corrientes de espiritualidad. Si bien es cierto que el artista se nutre de corrientes de pensamiento relacionados con el esoterismo o la cábala --"aunque la literatura haya incidido demasiado", señaló Borja-Villel--, también las matemáticas, la física y el pensamiento científico son fundamentales en su trabajo.
El desarrollo de la abstracción y el uso de la geometría en su obra están íntimamente ligados a un proceso racional y 'performativo', basado en el descubrimiento de nuevas formas.
EL PASO POR PARIS.
En el trabajo de Palazuelo se pueden diferenciar dos grandes momentos, marcados por su estancia en París durante dos décadas y por su retorno a España. El hecho de instalarse en París al final de los años 40, le llevó a vincularse con la galería Maeght, que fue determinante en la proyección de su trabajo.
Uno de los sobrinos de Palazuelo, José Rodríguez, aseguró que el viaje a París fue "fundamental" para su trayectoria ya que a finales de la década de los 40 Madrid era "un desierto" en lo que se refiere a arte abstracto.
Pocos años después de comenzar a pintar, la obra de Palazuelo ya estaba presente en el ámbito internacional en exposiciones que abordaban la abstracción. En España, sin embargo, no fue hasta su retorno en los años 60 cuando se comenzó a tener un buen conocimiento de su obra y compra un castillo en Monroy, donde instala su taller.
José Rodríguez aseguró que la obra de su tío es "relativamente escasa y de exposiciones esparcidas", a lo que se suma que no existe un archivo de su trabajo.
El sobrino de Palazuelo señaló que hace unos meses se ha creado una fundación familiar que, entre sus primeros cometidos, quiere elaborar un archivo y un catálogo razonado del artista, ya que un pequeño museo lo ven "más difícil".
Tras su paso por el MACBA, donde permanecerá hasta el 18 de febrero, la exposición viajará al Museo Guggenheim de Bilbao, del 13 de marzo al 10 de junio, y se está estudiando que pueda itinerar a Latinoamérica.