Asegura que "no es un adulto que sepa lo que está haciendo"
PIERA (BARCELONA), 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
La madre del joven de 18 años detenido este viernes en Piera como presunto miembro de una célula yihadista ha admitido que el chico puede haber sido "atraído hasta el punto que quieran porque es un niño".
En declaraciones a los medios tras el arresto, la española María González, convertida al Islam hace 13 años, ha dicho que sabía que su hijo --Ismael Boufarcha, hijo de padre marroquí-- participaba en debates 'on line' sobre temas como el uso del burka, y ha señalado que "no es un adulto que sepa lo que está haciendo".
Le ha presentado como un joven musulmán que estudia su religión, aún no la conoce en profundidad y no está obsesionado con ella, y al que ha inculcado que quienes hacen daño al Islam no son musulmanes: "Es lo que le hemos enseñado".
Ha negado que su hijo quisiera irse a Siria a apoyar al Estado Islámico, ha señalado que ni siquiera ha ido hasta Barcelona solo y ha dicho de él que estudia informática, es aficionado al deporte y ayuda en las tareas de casas y con sus diez hermanos.
González ha criticado que la Policía Nacional haya irrumpido en su casa a las 4.00 de la madrugada rompiendo la puerta, y ha asegurado que se han despertado cuando los agentes les han apuntado con una luz y, sin identificarse, han señalado a Ismael diciendo "aquí está el malo" y le han tirado al suelo delante de sus hermanos, según su versión.
Ha sostenido que la policía no le ha enseñado ninguna orden judicial ni le ha explicado los motivos de la detención, pero le ha dicho que el joven "se ha juntado con gente que no debía", a lo que ella ha apuntado que es algo común en los adolescentes.
González, que vive en Piera con su tercer marido y once hijos, dirige desde su domicilio la Asociación Sociocultural Nibras, que enseña árabe, castellano y catalán a niños del municipio.
"LLENA DE ODIO"
En declaraciones a los medios, Fina, una vecina de Piera que ha asegurado conocer a la madre del detenido, la ha descrito como una mujer "llena de odio" contra la cultura cristiana.
Ha explicado conocerla por su labor en la asociación y por haber mantenido con ella varias conversaciones en una cafetería del municipio, y ha dicho haber puesto distancia tras escuchar opiniones que no le gustaban sobre el "racismo" de la sociedad.
Juan Poch, un vecino y voluntario de Cáritas que trataba con la mujer semanalmente cuando ésta iba a recoger alimentos a la entidad, la ha definido como "muy amable", y otra conocida de la zona, Pepi, ha considerado que la familia estaba integrada y eran buenas personas.
