El ministro de Justicia lo califica como un "acto de propaganda"

Actualizado: domingo, 9 noviembre 2014 23:04

MADRID, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -

    El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha calificado el denominado proceso de participación ciudadana que este domingo se ha celebrado en Catalunya como "un acto de propaganda" organizado por los independentistas, sin validez democrática y con el objetivo de ocultar el fracaso de Artur Mas, según ha dicho.

   En una comparecencia, sin preguntas, pasadas las 21.00 horas, Catalá ha advertido de que la Fiscalía General del Estado está recabando datos tras las denunciadas presentadas en los juzgados de Catalunya con la intención de "valorar la existencia de responsabilidades penales y ejercer en los próximos días las acciones legales que correspondan".

   "Es un acto de propaganda organizado por fuerzas partidarias de la independencia y carente de cualquier validez democrática; se ha instado a los ciudadanos a participar en un simulacro inútil y estéril, en el que Artur Mas quiere ocultar su fracaso personal al no poder convocar su consulta ilegal que anunció el pasado 12 de diciembre", ha asegurado el ministro.

   Catalá ha recordado que España es "un régimen democrático consolidado en el que existe libertad de expresión y libertad de manifestación", y en el que las consultas populares se rigen por "estrictas normas" que han de garantizar la imparcialidad y la neutralidad.

   "Ninguno de estos requisitos se han dado durante la jornada de hoy", ha lamentado.

SIN GARANTIZAR LA IGUALDAD ENTRE CATALANES

   El proceso se ha llevado a cabo, según el ministro, al margen de cualquier marco jurídico al no tener amparo ni en las leyes catalanas ni en decreto de convocatoria alguno.

   "Sus promotores han renunciado a cualquier apariencia de neutralidad convertidos en juez y parte del proceso, y ni siquiera se ha garantizado la igualdad de todos los catalanes ante el simulacro de consulta", ha denunciado.

   Catalá ha lamentado que este "acto de pura propaganda" solo haya servido para "exacerbar la división entre los catalanes", además de "tensar las relaciones políticas dentro y fuera de Catalunya".