Nuevos restos arqueológicos apuntan al origen de Castelló d'Empúries (Girona) en la época romana

Imagen de los hallazgos

- GOVERN

GIRONA, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los recientes trabajos arqueológicos en los túneles de la iglesia del convento de Sant Agustí en Castelló d'Empúries (Girona) han revelado la existencia de unas galerías enterradas que se han podido datar entre principios del siglo II y la primera mitad del siglo I a.C., en la época romana.

Hasta ahora, las referencias más antiguas en el municipio eran fuentes documentales del IX, ha informado el Govern en un comunicado de este martes.

Se trata de unas intervenciones incluidas en el proyecto de investigación del Institut d'Estudis Empordanesos y ha contado con la financiación del Ayuntamiento.

El proyecto 'La villa Castilione i la domus Sanctae Maria Virgini Christi en el territori o pagus Petralatense. La població altmedieval a l'entorn de l'estany de Castelló (2022-2025)' se incluye en el Plan de Investigación de la arqueología y la paleontología catalanas, liderado por el Servicio del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Dirección General del Patrimonio Cultural de la Generalitat.

Los directores del proyecto (Anna Maria Puig, Bibiana Agustí y Joan Frigola) han celebrado el hallazgo y han considerado que es una "pieza clave" del patrimonio histórico de Castelló d'Empúries.

LOS TRABAJOS

Las intervenciones arqueológicas se han hecho en una de las tres galerías soterradas, y el conocimiento de la cronología de la construcción ha sido posible gracias a la recuperación de una muestra de carbón de la capa de preparación del mortero de revestimiento de la galería.

La datación, mediante un análisis radiocarbónico, sitúa la construcción entre los años 198-42 a.C., fechas que llevan a la época romana republicana, un período no documentado hasta ahora en el municipio.

Las galerías, dispuestas en forma de U, están conectadas y tienen un recorrido total de unos 40 metros, su anchura es de unos 3 metros y la altura de 4,5 metros.

Las galerías están construidas con muros sólidos de menaje regular, de piedra granítica, con un ancho de 1,5 a 0,9 metros y cubiertas con bóveda de medio punto.

Las paredes, la base y el techo conservan restos de un revestimiento de mortero hidráulico, conocido como opus signinum, cuya función era impermeabilizar las paredes: "Esto haría pensar que se trata de unas grandes cisternas, con capacidad de hasta 400.000 litros de agua", y pudieron formar parte de un importante enclave militar.

"Esta construcción enterrada debe situarse en un momento de expansión del dominio romano en la península ibérica, cuando el actual territorio catalán se incorpora a la provincia romana de la Hispania Citerior", han afirmado.