BARCELONA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular juzga este martes a un hombre por asesinar a su novia asestándole 33 puñaladas en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) después de que él tratara de abandonar la relación y que ella siguiera viviendo con él, por lo que se enfrenta a 25 años de prisión que solicita la Fiscalía.
En su declaración este martes ante el jurado, el acusado Jorge Alberto C.L., de 42 años, ha relatado que la noche del crimen el 2 de septiembre de 2010 ella se le abalanzó con un cuchillo y él se bloqueó y no sabe lo que hizo a continuación.
"Jamás en mi vida he tenido intención de matar a nadie", ha asegurado el acusado a preguntas de la fiscal, además de explicar que no se acuerda de la mayoría de detalles de lo que ocurrió ese día porque había consumido grandes cantidades de cocaína y whisky.
El acusado, que había denunciado anteriormente a la mujer por violencia, ha añadido: "No sé explicar cómo llegó el cuchillo a las manos mías".
Además, ha declarado que no recuerda que la víctima le pidiera mientras la agredía que parara ni que él le dijera 'se acabó', ni tampoco los gritos de los tres hijos de ella y la hija de él.
Jorge Alberto C.L. había dejado la relación con la víctima algunas semanas antes del crimen porque era violenta y trataba mal a sus hijos, pero según ha relatado él mismo ante el jurado, seguían conviviendo porque ella estaba pendiente de que se liberara una habitación en casa de una amiga.
Ella le pidió entonces que le prestara dinero para poder irse y él le prestó 260 euros, que ella no le había devuelto.
Según el escrito de la Fiscalía, el acusado Jorge Alberto C.L, natural de la República Dominicana, el 2 de septiembre, tras entrar en la habitación donde estaba la víctima con clara intención de acabar con su vida, o en todo caso, consciente del riesgo, le clavó en reiteradas ocasiones un cuchillo que previamente había cogido junto a unas tijeras.
Según la fiscal del caso, que le pide 300.000 euros de indemnización para los hijos, el acusado, que se encerró con la víctima en una habitación en la que convivían, le causó 33 heridas de arma blanca causándole "un gran e innecesario sufrimiento", sin dejarle ninguna posibilidad de defensa al ser una habitación muy pequeña.