BARCELONA 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado Penal número 11 de Barcelona juzgó hoy a un trabajador de la empresa de transportes municipal TMB por presuntamente atacar un autobús que funcionaba a gas con un tronco ardiendo durante una huelga de 2008, por el que la Fiscalía y la acusación particular, TMB, piden dos años de prisión por un delito de daños, además de una multa de 5.400 euros y el pago del cristal roto.
Antes de empezar el juicio, entre 40 y 50 trabajadores de TMB protestaron cortando una calle cercana a la Ciudad Judicial. Según informó la Guardia Urbana a Europa Press, los trabajadores cortaron hacia las 10.00 horas durante diez minutos el tráfico en el lateral de la Gran Via, cerca de la plaza Cerdà, si bien su protesta no ocasionó grandes problemas.
Posteriormente los trabajadores intentaron entrar en la sala del juzgado, aunque los Mossos d'Esquadra se lo impidieron, señaló un comunicado de la asociación jurídica Colectivo Ronda.
Según la Fiscalía y TMB, sobre las 5.45 horas del 3 de enero de 2008 un grupo de piqueteros estaban en las puertas de la cochera de Zona Franca para impedir que salieran los servicios mínimos. Los Mossos d'Esquadra hacían un cordón policial para facilitar la salida de los vehículos.
Un autobús articulado de la línea 15, que funcionaba con gas natural comprimido, salió del aparcamiento cuando recibió el impacto de un tronco encendido en uno de sus cristales laterales, que se rompió.
Los agentes identificaron al principal sospechoso, Andreu León C.S., técnico de telecomunicaciones y miembro de CGT, que hoy fue juzgado. Las dos acusaciones le atribuyen un delito de daños, o alternativamente uno de coacciones, porque la intención de los piquetes era amedrentar al conductor para que no realizara el servicio.
No obstante, el autobusero regresó al aparcamiento con el vehículo dañado y salió con otro.
En cambio, la versión del acusado y de su defensa es bien distinta. Según él, no tiró ningún tronco contra el autobús, ya que junto a unos compañeros estaba rodeado por el cordón policial y no se podía mover.
Sin embargo, cuando alguien tiró el tronco, los Mossos pidieron al jefe de recursos humanos de TMB que identificara al culpable, con lo que el acusado hoy fue señalado.
Su abogada aseguró que la versión de los distintos agentes que intervinieron fueron "contradictorias" a la hora de identificar al culpable, ya que no coincidieron al decir si lo habían visto directamente o no, si lo vieron de cerca o lejos y tampoco se lo llevaron a comisaría en aquel momento.
Además, posteriormente, durante la instrucción del caso, tampoco se hizo una rueda de reconocimiento con el sospechoso, sino que la acusación únicamente se basó en la identificación hecha por el jefe de recursos humanos, por lo que "no se han respetado las garantías del procesado".
La defensa también alegó que no estaba claro cuántos troncos se habían lanzado y si estaban encendidos o no, ya que la policía catalana no se los llevó, sino que se los quedó la empresa municipal. También reprochó a la acusación que hoy no declarara el conductor del autobús atacado.
La huelga de otoño de 2007 a la primavera de 2008 fue para reclamar dos días de fiesta para los conductores de los autobuses de TMB.