BARCELONA 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los presidentes de los Parlamentos catalán y vasco, Ernest Benach e Izaskun Bilbao, respectivamente, y el conseller de Presidencia de la Generalitat, Joaquim Nadal, y los dirigentes de las federaciones catalana y vasca, entre otros, presentaron hoy el partido amistoso Catalunya-Euskadi como "un paso más" en el camino de ambas selecciones hacia la oficialidad y el reconocimiento internacional.
El partido Catalunya-Euskadi se disputará el 8 de octubre en el Camp Nou bajo el lema 'Juntos por la paz', como figura en el cartel, que fue dado a conocer este mediodía en un acto celebrado en el Museu Colet de Barcelona que reunió a numerosos representantes políticos y a los responsables de las federaciones catalana y vasca, encabezados por sus respectivos presidentes, Jordi Roche e Iñaki Dobarán.
Tanto Roche como Dobarán resaltaron la importancia de jugar el partido en una fecha señalada por la FIFA para la disputa de partidos internacionales de las selecciones, lo que, sin embargo, obligará a las selecciones catalana y vasca a no poder contar con los jugadores que sean convocados por la selección española para los partidos de los días 7 y 10 de octubre ante Argentina y Suecia, respectivamente.
El seleccionador español, Luis Aragonés, ofrecerá la convocatoria el 29 de septiembre y unos días más tarde, el 3 o el 4 de octubre, se conocerán las convocatorias para el Catalunya-Euskadi, de manera que los técnicos catalán y vasco no convocarán a los jugadores que ya hayan sido citados por Aragonés, caso probable de los catalanes Puyol, Xavi y Cesc, habituales con la selección española.
Roche y Dobarán agradecieron durante el acto la postura de la Real Federación Española de Fútbol por haber autorizado la disputa del encuentro, puesto que "ha entendido la importancia del partido", dijo el dirigente catalán, que luego confirmó la ausencia de los catalanes que sean convocados por la selección española y señaló que esos jugadores actualmente "no tienen alternativa para poder escoger".
También el seleccionador catalán, Pere Gratacós, declaró en este sentido que podrá contar con todos los jugadores que no convoque Aragonés y que no debe haber polémicas. "A los que juegan con España seguro que les haría ilusión venir a este partido, pero ahora sería una tontería hacer que tuvieran que elegir donde jugar. Habría que elegir en igualdad de condiciones y ahora no hay esa igualdad", dijo.
LLAMAMIENTO A LOS DEPORTISTAS.
Durante el acto, en el que no participó ningún futbolista, políticos y dirigentes deportivos catalanes y vascos coincidieron en destacar el simbolismo del partido, pues mide a dos selecciones con voluntad de ser reconocidas de manera oficial que no se enfrentan entre sí desde hace ya 35 años, y en que es un encuentro que supone "un paso más" en el camino hacia el reconocimiento internacional.
El presidente del Parlament de Catalunya, Ernest Benach, señaló que se trata de "un partido soñado por muchísima gente" y que personalmente incluso le atrae más este que un Catalunya-Brasil como los dos que se disputaron hace unos años, puesto que participarán "Catalunya y Euskadi, dos países deportivos que han expresado en sus Parlamentos la voluntad de tener selecciones propias".
Benach considera que "era necesario dar un paso más" y que supone "un punto de inflexión". "Es el camino y se abren nuevas puertas, por lo que hago un llamamiento a todos, a deportistas, a clubes y a federaciones, para ir todos juntos, ya que éste es un proyecto de país", dijo, aclarando que, bajo su punto de vista, el objetivo de tener selecciones oficiales no es un tema exclusivo de los políticos.
También la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao, expresó su "emoción e ilusión" ante el partido entre dos selecciones que "son reflejo del sentimiento de identidad y de pertenencia de dos naciones, de dos pueblos", y apuntó después que "el sentimiento de identidad no puede imponerse por ley" y que "los pueblos tienen el derecho legítimo de participar en competiciones internacionales".
Bilbao añadió que ocurre en otros países de Europa "y no pasa nada ni se rompe ningún país". Además, destacó los vínculos entre Catalunya y Euskadi, para lo cual aludió a la Guerra Civil en 1936, "unos vínculos importantes y profundos que ya tenemos desde aquellas circunstancias", y afirmó que "defender una selección no tiene un carácter excluyente", pero que "los sentimientos no tienen freno".
Por su parte, el conseller de Presidencia de la Generalitat, Joaquim Nadal, quiso felicitar a las federaciones catalana y vasca por la organización del partido, al que dio todo el apoyo en nombre del Gobierno catalán y que considera fomenta el "hermanamiento entre pueblos", y manifestó que debe celebrarse "en una absoluta normalidad y la gente debe pasarlo bien y disfrutar de un partido de fútbol".
En este sentido, el presidente de la Federación Catalana, Jordi Roche, considera que se trata de "un momento histórico, ya que es el partido más esperado por todos", y pidió "un ejemplo de civismo" a los aficionados ya que debe ser "una gran fiesta familiar, una fiesta de paz", dijo, aludiendo al lema del partido 'Juntos por la paz'. Además, se refirió al carácter "reivindicativo" del encuentro.
Roche subrayó que por primera vez la selección catalana jugará en una fecha señalada por la FIFA para los partidos internacionales, por lo que expresó su agradecimiento a la RFEF, y dijo que se trata de "un primer paso, pero no el último". Después, apuntó el objetivo de la oficialidad y declaró que "todavía faltan unos cuantos pasos para que la selección nacional catalana nmjuegue competiciones oficiales".
Por su parte, el presidente de la Federación Vasca, Iñaki Dobarán, aseguró que es un partido "esperado durante mucho tiempo y deseado por dos pueblos" y que espera "que la próxima vez sea entre dos selecciones oficiales y como miembros de pleno derecho de UEFA y FIFA", a lo que añadió que "este deseo legítimo no va contra nadie" y que un deseo mayoritario "siempre acaba siendo una realidad".
El partido Catalunya-Euskadi del 8 de octubre en el Camp Nou, cuyas entradas se pondrán a la venta este viernes, será el primero entre ambas selecciones en 35 años. El último se jugó en Bilbao en 1971 y ganó el combinado catalán por 1-2 en San Mamés. El único precedente en Barcelona fue hace 76 años, en 1930, en el estadio Olímpico de Montjuïc, y concluyó con triunfo visitante (0-1).