Pombo dice que en 'La fortuna de Matilde Turpin' subyace la idea de "querer que la gente sea menos que nosotros"

Europa Press Catalunya
Actualizado: jueves, 23 noviembre 2006 16:46

BARCELONA 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

El escritor Álvaro Pombo, ganador del último Premio Planeta con 'La fortuna de Matilda Turpin', concluyó hoy su gira de presentación del libro en el que, según él, subyace la idea de "querer que la gente sea menos que nosotros".

Pombo retrata en 'La fortuna de Matilda Turpin' a Matilda, una mujer que después de 13 años de matrimonio y, con los niños ya criados, comienza su despliegue profesional en las altas finanzas, por lo que Juan, su marido, empezará a "acumular un rencor contra su mujer", que en la novela aparece como un fantasma omnipresente.

Un rencor que, según Pombo, se debe a que "llevamos peor lo de quedarnos en casa, porque estamos acostumbrados a que el hombre lleve el pan", en el caso de esta novela, el marido no debería estar celoso porque "se ha casado con una mujer rica", pero en el amor "existe un proceso complicado de dominación".

La novela retrata un "enfrentamiento" porque el marido de Matilda "no tiene ningún interés en que su mujer participe en el mundo de las finanzas", este sentimiento subyace de "querer que la gente sea menos que nosotros, aunque este no es mi caso", aclaró Pombo.

Alvaro Pombo (Santader, 1939) dijo que a pesar de haber nacido en Cantabria "no me identifico con sus escritores, porque yo me fui de allí muy joven", sin embargo, mostró su admiración por la escritora Concha Espina por "lo adelantada y valiente que era para su época".

El escritor bromeó que "mis cinco minutos de gloria acaban hoy" después de unos días de promoción por toda España y lamentó no poderse presentar el año que viene al certamen literario "ni con seudónimo".

UNA HISTORIA DE AMISTAD.

La finalista del premio Planeta, Marta Rivera de la Cruz, retrata en 'En tiempos de prodigios' "la amistad" entre dos personas de distinta generación, Silvio, un octogenario a final de su vida y una joven, Cecilia, que acaba de perder a su madre y romper con su novio.

A raíz de esta amistad, Cecilia, mejor amiga de la nieta de Silvio, descubre "una prueba de vida de una época terminada" por lo que esta novela es "una llamada a la capacidad de escuchar la gente mayor". Rivera de la Cruz eligió la amistad porque "es la que sufre menos mutaciones, a diferencia del amor que cambia con el tiempo".

La autora gallega, que llevaba cuatro años sin escribir ficción, relató este libro, con algunos tintes autobiográficos, en nueve meses para "diseccionar el dolor" después de que "perdí a mí madre hace un año y medio". En ese momento, Rivera de la Cruz se dio cuenta de que "tenemos tendencia a apartar el dolor, pero no es buena idea, debemos aprovecharlo, manosearlo".

Finalmente, Rivera de la Cruz hizo hincapié en que los gallegos que escriben en castellano "estamos ninguneados por el sistema cultural, simplemente no existimos". Asimismo, se mostró dolida porque "la consellera de cultura no me envío un telegrama, porque aunque vivo en Madrid yo pago impuestos en Galicia".

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