El repunte de muertes de buceadores en Girona este verano es "circunstancial y sin relación"

La Guardia Civil ha concluido que las nueve muertes de buceadores en la costa de Girona este verano, un incremento muy por encima de la media de la última década que se sitúa en tres, "es circunstancial y sin relación", tras hacer un informe pormenorizado de cada caso.

En rueda de prensa, el sargento del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil en Barcelona, Anselmo Roble, ha alertado del riesgo de que los buceadores hagan "ejercicio por encima de sus posibilidades" tal y como creen que ha podido ocurrir en alguno de los nueve casos.

El cabo primero del Geas en L'Estartit (Girona), Fernando Aguirre, ha indicado que en los nueve casos se cumplían las normas de seguridad particulares y propias de centros de buceo, pero ha resaltado que cinco de los fallecidos superaban los 60 años, lo que a su entender es un "factor de riesgo" que de por sí no es un motivo para impedir bucear pero puede tener consecuencias.

Según ha indicado, muchos de los muertos tenían una "forma física no adecuada, inestable, sedentaria, y se detectó consumo de alcohol y tabaquismo", y que solamente en un caso se produjo el accidente por una actividad disbárica.

"Hemos podido comprobar que en el sector se realiza bien la actividad" tanto en los centros de buceo, como en las federaciones y en los centros médicos, ha indicado, además de resaltar que hay que concienciar al buceador de la importancia de los factores de riesgo como la edad, el sobrepeso, el tabaquismo y el consumo de alcohol.

De hecho, los que contrataron la inmersión en centros lo hicieron a establecimientos distintos y ninguno contrató el servicio a un mismo proveedor.

Por ello, concluyen que salvo uno de los nueve accidentes, el resto se hubieran podido producir también en medio terrestre.

Preguntado sobre si habría que limitar el buceo en función de la edad, Anselmo ha indicado que correspondería al sector médico imponer unos límites, aunque ha aconsejado a los buceadores que sean ellos mismos quienes valoren sus posibilidades a la hora de sumergirse.

Por ello, recomiendan a los buceadores "una adecuada formación inicial y continua, entrenamiento, estricto cumplimiento de las normas de seguridad, pasar un exhaustivo examen médico especializado y en vigor".

Asimismo, hacer una planificación de la inmersión, en ningún caso superar los 40 metros de profundidad y en caso de pérdida de un compañero, si no se encuentra en un minuto, ascender en superficie y respetar la curva de seguridad, entre otros.