(Resumen)Montilla asume la presidencia de la Generalitat como el "más humilde de los servidores del pueblo de Catalunya"

Maragall elogia a su sucesor, se despide "orgulloso" por haber impulsado el "cambio" y asegura que "no me voy del todo"

Europa Press Catalunya
Actualizado: martes, 28 noviembre 2006 15:36

BARCELONA, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

José Montilla Aguilera asumió el cargo como 128 presidente de la Generalitat presentándose como el "más humilde de los servidores del pueblo de Catalunya" después de prometer el cargo en un acto solemne en el Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat y relevar a Pasqual Maragall.

Montilla se escudó en palabras de Salvador Espriu escritas en su 'Pell de Brau' para manifestar sus sentimientos "más íntimos" en el momento de asumir la presidencia. "Si te llaman a guiar un breve momento del milenario paso de las generaciones aparata el oro, el sueño y el nombre (...) Sin la ayuda de ningún consuelo. No esperes nunca dejar recuerdo porque sólo eres el más humilde de los servidores. El desvalido y el que sufre, serán para siempre tus únicos señores. Excepto Dios, que te ha puesto bajo los pies de todos", dijo sentir.

Tras el discurso de Montilla, una cerrada ovación del medio millar de invitados, a excepción de la cúpula de CiU, con Artur Mas, al frente, que abandonaron el Palau los primeros tras la toma de posesión, seguidos de Jordi Pujol. El Cor de Cambra del Palau de la Musica Catalana fue el encargado de interpretar 'Els Segadors' antes de que el nuevo presidente de la Generalitat, José Montilla, el ex presidente, Pasqual Maragall, el presidente del Parlament, Ernest Benach, y el representante del Gobierno central, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, protagonizaran el brindis en el Pati dels Tarongers.

El trasiego en el Palau de la Generalitat fue constante durante toda la mañana con la llegada de invitados hasta que cinco minutos antes de las 12 llegara el todavía presidente en funciones, Pasqual Maragall, acompañado por su esposa, Diana Garrigosa. Mintuos después, el presidente electo, José Montilla, repetía la entrada, también con su esposa y se reunía con Maragall en las dependencias de la presidencia. Tras unos momentos, ambos se unieron al presidente del Parlament para hacer entrada en el Saló Sant Jordi.

Allí esperaban las esposas del presidente entrante y el saliente, los padres de Montilla --Antonio Montilla y Ana Aguilera--, sus dos hijos mayores y otros familiares, el secretario de organización del PSOE, José Blanco; el ministro de Industria, Joan Clos --el último en llegar--; el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias; y el secretario general del PSE, Patxi López.

Los socios del tripartito también acudieron a la cita, satisfechos, comenzando por el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, futuro vicepresidente; y el presidente de ICV, Joan Saura, que ocupó su lugar en los bancos reservados al Gobierno en funciones. Entre los representantes de la oposición, además de la cúpula de CiU; el presidente del PP catalán, Josep Piqué, y el de Ciutadans, Albert Rivera. La cúpula del PSC e históricos luchadores antifranquistas como Gregorio López Raimundo, estaban entre los invitados.

Los alcaldes de las cuatro capitales catalanas, los alcaldes socialistas del 'cinturón rojo', altos mandos de todos los cuerpos policiales, del Ejército y el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, también estaban entre los invitados, junto a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, Maria Eugènia Alegret, y el fiscal José María Mena, o la presidenta de la Comisión Nacional Energía, Maite Costa.

Rectores de universidad, los líderes sindicales y representantes del mundo de la cultura como Oriol Bohigas, Javier Gurrutxaga, Mónica Randal, junto representantes del mundo económico como Isidre Fainé (Caixa), Josep González (Pimec), Joan Rosell (Fomento) y Jordi Valls (Cámara de Barcelona), entre otros.

El acto comenzó con el discurso de despedida de Maragall, quien se deshizo en elogios a su sucesor, "dio fe" de haber superado "situaciones difíciles y dramáticas, de desgaste importante" y dio por hecho que Montilla "estará a la altura" del cargo. "Uno de los otros catalanes será presidente", celebró como evidencia de que Catalunya es "una nación fuerte" e integradora.

Maragall aseguró irse con "conciencia del deber cumplido" y "orgulloso" por haber iniciado un proceso de cambio de "largo alcance" que ha convertido a Catalunya en más plural, menos monográfica y menos diversa y, por tanto, más libre". Se declaró "afortunado" por haber presidido Catalunya y aseguró que "no me voy del todo", sino que "recupero la libertad que, en cierto modo, me ha sido vetada".

El ex presidente se va "con la tranquilidad" de dejar a Montilla al mando, de quien destacó su "patriotismo de piedra picada, que no necesita ser proclamado" y se puso a su disposición para que el "acierto y el éxito" le acompañen.

A continuación, fue el presidente del Parlament quien leyó el Real Decreto de nombramiento de Montilla firmado por el Rey y por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Montilla "prometió el cargo" y se dispuso a hacer su primera intervención como presidente.

Las primeras palabras de Montilla tras prometer el cargo fueron de agradecimiento para su familia y para Maragall, de quien destacó "todo lo aportado a Catalunya, su generosidad humana y política, por su visión de futuro y el alto sentido de país demostrado".

También hubo reconocimiento para los socios del tripartito y para los ciudadanos que le dieron su confianza en las elecciones del 1 de noviembre. Como presidente, también reiteró que mantendrá la "mano tendida" para abordar las cuestiones clave del país y aseguró que "contaré con todo el mundo, con las fuerzas políticas y, especialmente, con la sociedad civil catalana".

"Asumo esta responsabilidad con la conciencia de ser el depositario de un legado al servicio del pueblo de Catalunya", dijo Montilla. "Reconozco el profundo sentido histórico de la autoridad institucional que me ha sido conferida. Asumo la responsabilidad con el convencimiento de que mis acciones y actitudes y las de mi gobierno irán encaminadas a convertir esta autoridad institucional en liderazgo del país. Estoy convencido de que si el gobierno de Catalunya trabaja duro y con confirmeza, si decide con autoridad democrática, confía en el enorme potencial de la sociedad catalana dándole protagonismo, si se compromete a rendir cuentas con transparencia, si hace todo esto, que lo hará, conseguirá los objetivos programáticos expuestos en la investidura", concluyó.

Tras leer a Espriu y cantar el himno de Catalunya, el centro de la celebración se trasladó al Pati dels Tarongers, donde después del brindis entre Montilla, Maragall, Benach y Sevilla, el nuevo presidente repartió besos y saludos y recibió felicitaciones.

También fue el momento para encontrarse, quizá por primera vez, con sus futuros consellers --a la espera de confirmación oficial--, como el caso de Joan Manuel Tresserras, que acudió a saludarle acompañado del presidente del Parlament mientras Montilla departía amigablemente con su futuro vicepresidente Carod-Rovira.

Otras fotos de la recepción fueron la de Maragall cambiándose el pin del escudo de la Generalitat por uno con el emblema de la Unión Europea, dando paso así a su nuevo reto en Europa, o la de Montilla junto a la alcaldesa de Iznajar, su localidad natal, que no quiso perderse la toma de posesión como presidente de la Generalitat de uno de sus convecinos.

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