ESPLUGUES DE LLOBREGAT (BARCELONA) 26 (EUROPA PRESS)
La Unidad de Arritmias Cardiacas de la Agrupación Sanitaria Hospital Clínic-Hospital Sant Joan de Déu, han implantado con éxito un desfribilador automático a un niño de tres años. Esta técnica, que evita la afectación sobre las venas del corazón, se ha utilizado por primera vez en España y mejora la calidad de vida del paciente durante la vida adulta.
El paciente ha sido Adrià, un niño de tres años que sufre taquicardia ventricular, una enfermedad que le provoca arritmias cardíacas que pueden derivar en la muerte súbita. Para tratar esta enfermedad, los pacientes necesitan de la implantación de un desfibrilador automático que detecte cuándo se produce una arritmia para poder devolver el ritmo cardiaco a la normalidad a partir de una pequeña descarga eléctrica.
Hasta el momento, los médicos utilizaban la técnica aplicada a los adultos para tratar a los pacientes de taquicardia ventricular menores de 10 años. El desfibrilador se implanta bajo la piel y se conecta con el corazón a través de un cable que pasa por una vena. "Cada vez que el niño crece, hay que cambiar el cable; y cada cambio supone inutilizar una vena, lo cual provoca graves consecuencias en la edad adulta para el paciente", explicó el responsable de la Unidad de Arritmias, Josep Brugada.
"Si le hubiéramos instalado el desfibrilador de la forma tradicional, Adrià habría tenido que sufrir tres o cuatro cambios hasta los 16 años", según Brugada. Las afectaciones que esta técnica provoca sobre el sistema venoso y las válvulas cardiacas de los pacientes menores de 10 años llevaban a los médicos a no utilizar esta técnica "si no era estrictamente necesario, ya que condenábamos a los niños a problemas cuando fueran mayores".
Para evitar estas graves consecuencias, el equipo de la Unidad de Arritmias ha diseñado una nueva técnica que permite implantar el desfibrilador sin dañar a ninguna vena. "El desfibrilador se implanta a la altura del ombligo, y desde allí el cable pasa por debajo de la piel hasta la caja torácica, desde donde puede controlar sin problemas el ritmo cardiaco", comentó el doctor Brugada.
La implantación del desfibrilador, que se realizó hace un mes, duró unas tres horas y culminó con éxito. "Ahora Adrià lleva una vida normal, y tan sólo tiene que tener un poco de cuidado con no sufrir ninguna herida en la zona donde lleva implantado el desfibrilador", según el doctor.
Adrià sufrió su primera arritmia cardiaca a los dos años y medio de edad. José María, el padre del niño, explicó que "ahora dormimos un poco más tranquilos, aunque nunca se baja la guardia". Adrià "tiene completamente asimilado que lleva el desfibrilador, dice que lleva un hueso mágico, es muy activo y se pasa el día jugando", explicó José María.
La implantación de desfibriladores automáticos es una técnica que se utiliza en los casos de taquicardia espontánea y cardiopatia congénica. Según el doctor Brugada, anualmente se producen "entre 5 y 10 casos de arritmia cardiaca en menores". En España, 1 de cada 10.000 niños menores de 11 años fallecen por muerte súbita. La principal causa de muerte súbita en este segmento de población son las enfermedades coronarias.