MADRID 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El pleno del Senado aprobó esta tarde por asentimiento de todos los grupos la Carta Municipal de Barcelona, una norma que reconoce un estatus especial para la ciudad como gran urbe y como capital de Catalunya. La unanimidad de los grupos quedó patente en que en el trámite en la Cámara Alta no hubo enmiendas, por lo que el texto fue aprobado directamente hoy en sesión plenaria.
La norma reconoce las peculiaridades de la ciudad, que tiene un área metropolitana de casi cuatro millones de habitantes; refuerza las competencias del municipio y de la alcaldía, su capacidad de autoorganización y establece la participación del Ayuntamiento en las grandes infraestructuras de transporte y de comunicaciones, como puerto y aeropuerto, entre otras características.
Otros dos capítulos importantes, la financiación y la llamada justicia de proximidad, han quedado recogidos también pero pendientes en parte de la legislación estatal. Tanto CiU como la Entesa Catalana de Progrés aseguraron que estarán vigilantes para que las aspiraciones recogidas en la Carta de Barcelona se realicen.
La justicia de proximidad es una figura novedosa que supondrá la creación de un nuevo escalón judicial para resolver con rapidez los problemas surgidos de la convivencia ciudadana. Pero el desarrollo depende de la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en trámite. En cuanto al capítulo de la financiación, quedará cerrado cuando se resuelva la reforma de la financiación autonómica y municipal.
La sesión en el Senado contó con la presencia del alcalde de Barcelona, Joan Clos, y con una representación de todos los grupos municipales. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, acudió también a la Cámara Alta para defender este proyecto, como también hizo en el Congreso. Agradeció el trabajo de los grupos barceloneses y también el apoyo unánime de los partidos en las Cortes. "Es ejemplo de que el consenso entre formaciones políticas es posible", dijo.
El proyecto, a su juicio, ofrece herramientas a la ciudad para afrontar dos "grandes cuestiones": la cohesión social y hacer compatible la calidad de vida de sus residentes y la atención a los miles de ciudadanos del entorno o de fuera que acuden a la ciudad. Y todo ello, destacó el ministro, mediante la coordinación de administraciones, "un sistema bien articulado" que evita duplicidades y potencia la eficacia, defendió.
Jordi Sevilla quiso destacar también que dar facilidades al desarrollo de Barcelona beneficiará al conjunto del país porque se trata de una "gran ciudad" y de la capital de Cataluña, pero también "una de las referencias de España". Y esperó por último que la ley que se prepara para Madrid, similar a esta, tenga el mismo resultado.
ADVERTENCIA DEL PP.
Por parte del PP, Josep Piqué expresó el apoyo de su grupo al texto y cómo las modificaciones en el Congreso permitieron el voto a favor en las Cortes en vez de la abstención por la que optaron en el Ayuntamiento. Aseguró que esas modificaciones han permitido mejoras en el capítulo de la financiación y en el de la seguridad. "Hemos visto satisfechas nuestras demandas", dijo.
Pese a ello, y sin ánimo, aseguró, de "empañar" el consenso de hoy, Piqué reiteró la oposición de su grupo a la llamada justicia de proximidad en la reforma del Ley Orgánica del Poder Judicial. "Justicia de proximidad política", apuntó, para asegurar que los objetivos que se proponen se resuelven mejorando los juicios rápidos.
Por otro lado, el dirigente del PP catalán y senador aprovechó para reclamar que el "espíritu" de colaboración que queda plasmado en la Carta de Barcelona se recoja también en el Estatut, que está generando "división". Pidió que ese texto propicie una Catalunya "abierta, tolerante, cívica, cosmopolita" como la Carta Municipal permite desarrollar estas cualidades en Barcelona.
Por parte del PSOE, Cristina Maestre reconoció la "respuesta a una demanda histórica" que esta ley dará a la ciudad, cuyo ayuntamiento lleva más de 25 años impulsando la norma. Repasó cómo el tramo municipal de esta Carta se aprobó en 1997, el autonómico en 1998 y el estatal, casi ocho años después.
Entre otras características, destacó de la ley que profundiza en los mecanismos de participación ciudadana y que la autoridad del alcalde queda reforzada par afrontar problemas como el de la seguridad o el tráfico de la ciudad (cada año se imponen 1,6 millones de multas, dijo, pero son pocas las que se cobran).
Por parte de CiU, Pere Macias también tuvo un mensaje para la futura tramitación del Estatut, en la que esperó el mismo consenso de hoy. Sobre la Carta de Barcelona, aseguró que "ha sido una cuestión de fe" por los muchos años que ha tardado en salir adelante. Defendió el trabajo de su coalición en todo este tiempo y advirtió que vigilarán que tanto la justicia de proximidad como las mejoras en la financiación municipal se cumplan.
Lo mismo aseguró al pleno del Senado el portavoz de la Entesa Catalana de Progrés, Carles Bonet, quien dio una enhorabuena general por el consenso y porque "hoy se reconoce un hecho diferencial, el de Barcelona". "Nadie no catalán puede tener ninguna reserva de que darle darle pista a Barcelona también es bueno para España", subrayó.
El senador aseguró que con esta ley también se demuestra que "España no quiere el modelo francés, de gran y rutilante capital con voluntad institucional de concentrarlo todo". "Debería ser un seguro contra la mentalidad del kilómetro cero, la concepción radial, el desdén hacia la periferia", añadió.