El Síndic de Greuges ve "inconsistentes" una parte de las quejas por adoctrinamiento en escuelas

BARCELONA 7 May. (EUROPA PRESS) -

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha considerado este lunes "inconsistentes y difícilmente verificables" una parte de las quejas por supuesto adoctrinamiento en las escuelas catalanas que ha recibido tanto la institución como el Ministerio de Educación.

En una rueda de prensa para presentar recomendaciones sobre presunto adoctrinamiento en escuelas, ha afirmado que el Síndic de Greuges ha recibido nueve quejas, 21 consultas y ha abierto dos actuaciones de oficio --por el instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca y las protestas en un colegio de Barcelona el día de puertas abiertas--, y que de las 32 incidencias totales solo en seis escuelas hay posibilidad de verificación porque se especifica el centro y no son genéricas.

De los tres requerimientos enviados por el Ministerio a la Generalitat, ha explicado que contienen 55 incidencias referidas a 48 centros catalanes, pero que aparecen quejas anónimas, que expresan opiniones sin especificar centro, por lo que es "difícil la verificación".

Por ello, ha considerado que son inconsistentes y difícilmente verificables, y que le sorprende que el Ministerio no tome mayores medidas para contrastarlas, "sin querer quitar ni una coma a ninguna incidencia".

Ha mostrado su sorpresa por que en los requerimientos requieran datos sin hacer comprobación y acusen a la administración educativa de no haber cumplido, y ha afirmado que ha podido constatar que existe "miedo" entre los docentes catalanes.

"COMENTARIO DESPECTIVO"

En las conclusiones, ha podido constatar que de una de las quejas incluidas en los requerimientos del Ministerio todo se verifica, y en la que la dirección de una escuela pidió a un profesor que se disculpara de un "comentario despectivo" realizado, pero que en otros casos la dirección o los profesores del centro niegan que los hechos sucedieran como se describen en las quejas.

Pese a que han recibido "escasas" quejas por simbología y mensajes partidistas en colegios, y que lo han hecho de todos los posicionamientos, ha instado a evitar su presencia, mantener la neutralidad y respetar la pluralidad de la comunidad educativa.

Ha remarcado que sumando las quejas recibidas por el Ministerio y el Síndic aparecen 87 incidencias "no siempre verificables" con referencias a 53 centros educativos, recordando que en Catalunya hay más de 4.000 escuelas.

Además de todo ello, el Síndic ha dicho que mantiene abierta una actuación de oficio, tras el informe del sindicato Ames por presunto adoctrinamiento en los libros de texto, y que, a falta de concluirlo, no han encontrado hasta el momento "ninguna evidencia" de ello.

"FALTA DE IMPARCIALIDAD" EN SANT ANDREU

Respecto al instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca (Barcelona), uno de los dos centros cuyo caso se ha judicializado, ha dicho que tiene constancia de que la dirección y la Inspección educativa están actuando continuamente para recuperar la normalidad, y que en un informe, la dirección del centro "negó cualquier discriminación a ningún alumno" los días posteriores al 1-O.

Ha lamentado que las familias denunciantes no recurrieran a las vías que ofrece el marco educativo y se apoyaran en la vía judicial, ha visto normal y necesario que se hable de la situación política en las aulas, y ha criticado la "falta de imparcialidad" al encargar a la Guardia Civil la investigación, cuando se puede considerar víctima del presunto delito de odio.

Asimismo, ha reprochado falta de parcialidad en los hechos descritos en la denuncia de Fiscalía por tener como única base el atestado de la Guardia Civil y no incluir explicaciones de los docentes denunciados, así como cree que se "desnaturaliza" el delito de odio, cuando habla de discriminación 'por nacionalidad' ya que comparten la misma, la española, lo que, según él, denota la falta de consistencia de la acusación.

Ribó ha defendido el prestigio del centro y al profesorado del instituto El Palau, y ha afirmado que ello viene corroborado por el hecho de que, según ha señalado, el proceso de preinscripción se está cerrando con "mucha más demanda que oferta".