BARCELONA, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director de cine y miembro de los Monty Python Terry Gilliam ha avisado este jueves en Barcelona sobre la concepción de su segunda ópera, 'Benvenuto Cellini', de Hector Berlioz --que podrá verse en el Gran Teatre del Liceu--: "Yo soy un aficionado, totalmente nuevo en el campo de la ópera, y eso puede parecer negativo, pero no lo es porque como persona nueva no sé cuáles son los límites ni las fronteras".
En rueda de prensa, Gilliam ha avanzado que 'Benvenuto Cellini' "no es una ópera, sino un espectáculo popular, un auténtico show", ya que ha defendido que este género, que hunde sus raíces en el siglo XVIII y XIX dentro de la cultura popular, él lo ha proyectado como un espectáculo de entretenimiento para el gran público, y no para las élites ni los intelectuales.
A su juicio, "esa naturaleza de espectáculo popular ha sido substituido en este siglo por la televisión", por lo que su apuesta es atraer a gente joven y nueva en el género a la sala, tal y como sucedió en su primera producción 'The Damnation of Faust', donde el 40% era gente que no había ido nunca a la ópera.
Gilliam ha defendido que en Inglaterra, cuando se representan obras de William Shakespeare, no lo tratan como si fuera las Sagradas Escrituras: "Se escribió hace centenares de años para un público muy diferente. Es lo que hacemos nosotros, adaptarnos al público actual".
Ha defendido que el público del siglo XIX no es el mismo que hoy, así que es necesario adaptarse y arriesgarse, una decisión en la que se siente avalado por el gusto de Berlioz por los desafíos y su poco temor al fracaso: "Yo cometo terribles errores en mis películas".
"Estamos narrando la misma historia pero de una manera diferente en la que solo cambia un poco el estilo narrativo", ha asegurado el director, que se ha marcado el objetivo de llegar al corazón de la obra y hacerla atractiva para el público del siglo XXI.
"NECESITAMOS LOCOS COMO BERLIOZ"
"En el mundo contemporáneo necesitamos locos creativos como Berlioz. No me gustan los locos que tiran bombas", ha dicho Gilliam, que ha lamentado que el mundo actual es cada vez más corporativo y nadie quiere arriesgar, mientras que las paredes estrechan cada vez más los espacios para respirar.
"Me gusta Berlioz porque es un hombre de extremos, y su locura y naturaleza extremada sencillamente me fascinan", ha resumido Gilliam, que ha creado un espectáculo con la misma versión que se pudo ver en Londres -y abandonando las variaciones que no funcionaron en Ámsterdam, ya que éstas no aportaban nada--.
Preguntado por la huelga de trabajadores que puede impedir el estreno de su ópera el domingo, Gilliam ha respondido con un escueto: "¿Qué será, será?", ante lo que la directora artística del Liceu, Christina Scheppelmann, ha afirmado que el director está totalmente al corriente.