BARCELONA 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
Una trama de ambiciones por el poder y diversas traiciones fraguadas alrededor del Monasterio Sant Joan de les Abadesses (Girona) en pleno siglo XI vertebra la novela histórica titulada 'El monestir proscrit' (Columna), de Maria Carme Roca (Barcelona, 1955), que se presentó hoy en Barcelona.
La autora explicó que la novela parte de Amelia de Vilallonga, una joven que entra al monasterio porque era "la única salida digna" para escapar de un matrimonio impuesto y seguir esperando a su amado, que estaba luchando en Córdoba.
Ingilberga, la abadesa del monasterio de Sant Joan de Ripoll, como se llamaba entonces esta población catalana, trató de impedir que Amelia ingresase en el centro porque ya las criticaban bastante por llevar una vida supuestamente "de poca santidad" y "disoluta", rumor que propició que el papa Benedicto VIII dictase una bula contra ellas acusándolas de ser "meretrices de Venus".
"Quizás alguna sí que era una alocada", pero "lo mismo pasaba en monasterios masculinos, como el de Sant Benet de Bages y el de Sant Climent, y el Papa no dictó ninguna bula" contra ellos, puntualizó Roca.
Esta "injusticia" hacia las monjas de Sant Joan despertó el interés de la autora por indagar más sobre el por qué de la bula, y aunque aún hoy se seguía preguntando qué había de verdad en todo ello, destacó que Ingilberga tenía un hermanastro, Bernat, "desmedidamente ambicioso" que "pretendía los dominios de Sant Joan para hacer un obispado de Besalú", población de la que era conde.
"Sí que hubo una conspiración, porque a Bernat le interesaban los terrenos" de Sant Joan, explicó la autora, por lo que acudió con su hermanastro, el Abat Oliba, a Roma para "acusar a su hermanastra" ante el Papa.
Tras la bula papal, en 1017 las 40 monjas que habitaban el monasterio se trasladaron a otros, como el de Sant Pere en Barcelona o el de Sant Daniel en Girona, o bien fueron acogidas por familiares, como pasó con Ingilberga. Pese a la bula, el Papa indemnizó a las monjas concediéndoles terrenos, algo que para Maria Carme Roca demuestra que la bula no era del todo pertinente.
En 'El monestir proscrit', que va del 1010 al 1017, plasma también la sociedad catalana de la época, en la que las mujeres ingresaban en los monasterios "sin vocación religiosa, muchas veces ofrecidas de pequeñas por sus padres" y que muchas de ellas eran nobles y cultas. En el siglo XI, a diferencia de como pasase en siglos venideros, las mujeres tenían el poder porque los hombres estaban haciendo la guerra, según explicó Roca.
Maria Carme Roca publicará en marzo una novela acerca de las mujeres de Jaume I. Más conocida por sus obras para el público juvenil e infantil, entre las cerca de 30 obras que tiene publicadas destaca 'Intrigues de palau', ganadora del premio Nestor Luján 2006.