BARCELONA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
El escritor Enrique Vila-Matas ha volcado su libro más metaliterario en 'Esta bruma insensata' (Seix Barral), una novela que habla sobre grandes cuestiones de la literatura, sobre el doctor Jekill y señor Hyde que pueden convivir en un mismo escritor o, en este caso, en los dos hermanos protagonistas: "Uno cree en las palabras, y el otro preferiría inclinarse por el desprecio".
Desde un caserón al borde de un acantilado en las afueras de Cadaqués (Girona), Simon Schneider trabaja para su hermano, un autor de éxito que se hace llamar Gran Bros y que vive oculto en Nueva York desde hace 20 años.
El de Cadaqués es un "pobre diablo que trabaja como escribidor de citas" y, en esencia, podría ser considerado el verdadero padre del éxito de Rainer Schneider Reus (Gran Bros), que vive oculto en la Gran Manzana, y que, como si fuera Theo Van Gogh, le pasa dos anualidades a su hermano para que pueda vivir de su arte.
"Me identifico con el Gran Bros porque me encantaría ser un escritor invisible, pero también con el que escribe citas porque es capaz del éxito de su hermano, y por supuesto con el narrador", ha resaltado, tras ser preguntado por esta cuestión.
En el momento de proyección del encuentro de ambos hermanos, que tendrá lugar en la parroquia Papa Eugenio de la calle Londres, el libro sigue deliberadamente la estructura del libro 'El corazón de las tinieblas', de Joseph Conrad, que Vila-Matas sitúa como el nacimiento de la novela moderna.
El Gran Bros "podría ser el mismísimo Thomas Pynchon o J.D. Salinger", ha observado el escritor, que construye a dos personajes y se inmiscuye detrás de la máscara de un autor distante para hablar de nuevo de literatura, pero también de la vida.
"El libro habla de literatura, pero al mismo tiempo habla de la vida. La metaliteratura forma parte de la vida. Ser o no ser, de cómo estamos en el mundo, de qué forma queremos estar en el mundo", ha asegurado el autor, que sitúa en la tarde de la declaración de la República catalana, el 27 de octubre de 2017, el momento de encuentro de ambos personajes.
"Lo viví con apuro, porque desearía una convivencia mejor. Pero lo que yo piense no cuenta; los dos personajes tienen visiones diferentes que no son las mismas", ha explicado, requerido por esta cuestión.
"UNA METÁFORA DE LA VIDA"
"Yo creo que vivimos en una bruma insensata, nada se aclara, no sabemos qué hay detrás ni dentro de la vida. Es como una metáfora de la vida", ha explicado preguntado por el título y por la situación que se desencadenó el 27 de octubre de hace dos años.
Sobre por qué decidió situar el libro en esa fecha, ha respondido: "Para ponerme tenso y para emocionarme. Para descubrir, qué pasa. No sabes cómo combinarán las dos cosas".
De todas formas, el libro sucede años después de estos hechos, ha dicho convencido de que "siempre está amaneciendo en el lugar en que se escribe el libro", haciendo alusión al sol naciente de Claude Monet, que se convertiría en el cuadro fundacional del impresionismo y que también aparece en la historia.
Fue después de visitar una exposición sobre Monet y quedarse cautivado por un título, que jamás volvió a encontrar, cuando se quedó con la imagen del infinito para ilustrar las figuras del infinito que se rigen por muchos movimientos, por las personas que se pierden y desaparecen y por el "recorrido larguísimo tras una cita perdida" que emprende Simon.
DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
Después de ser advertido de ello, se dio cuenta de que las dualidades de los dos personajes podrían ser encarnadas por el mismo: "De esto me he dado cuenta al acabar la novela".
De entrada, Simon Schneider se tendría que haber llamado Bastian, como se llamaba otro personaje creado para la novela 'Kassel no invita a la lógica', pero la divertida confusión generada por el editor de un autor alemán del mismo nombre que le preguntaba por si éste era él, hicieron descartar esta opción a Vila-Matas.
De hecho, ahora Bastian Schneider planea escribir una historia basada en la cadena casualidades generadas por el escritor catalán, que bien podría ser escrita por el mismo Vila-Matas, bromeaba la editora, Elena Ramírez.