CEUTA, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Dirección Territorial del Instituto Nacional y la Tesorería General de la Seguridad Social (INSS) de Ceuta ha registrado 1.523 bajas de afiliación desde que se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus (Covid-19), casi el 70% (1.079) correspondientes a trabajadores de alta en el Sistema Especial de Empleados de Hogar, un sector copado en más de un 95% en la ciudad autónoma por mujeres marroquíes transfronterizas que a principios de marzo sumaba 2.157 cotizantes.
El cierre de la frontera del Tarajal ordenado por Marruecos la madrugada del 13 de marzo ha dejado a "la mitad" de esas trabajadoras sin empleo al no poder acudir a los domicilios en los que estaban dadas de alta, aunque el director provincial del INSS, Alfonso Grande, ha asegurado que las familias que vuelvan a darlas de alta podrán seguir beneficiándose del 20% en la cotización por contingencias comunes que implantó la Administración General del Estado para regularizar al mayor número posible.
Gracias a esa medida, al incremento de los controles documentales de acceso a Ceuta y a la excepcionalidad que permitió a los contratantes primar el "vínculo personal" sobre la existencia de demandantes de empleo en la misma categoría en las oficinas del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), el número de empleadas de hogar afiliadas a la Seguridad Social pasó de las 349 que había en el año 2000 a casi 1.200 en 2013 y a más de 2.000 a principios de este ejercicio.
La Delegación del Gobierno explicó tras decretarse el confinamiento que las familias contratantes podrían "dar de baja" a estas trabajadoras pese a la prohibición de despedir dictada por el Ejecutivo central para el periodo de alarma "y volver a tramitar su alta cuando se normalice la situación". El colectivo no ha podido beneficiarse de ninguna de las prestaciones habilitadas por la Administración española al no ser residente en territorio nacional.
Sindicatos como CCOO han estimado que el porcentaje de empleadas de hogar transfronterizas que trabajaban regularmente en viviendas particulares de la ciudad hasta la pandemia no pasaba del 50%. "Aunque no existe un censo oficial, se calcula que en torno a unas 4.000 mujeres marroquíes cruzan a diario la frontera entre Ceuta y Marruecos para realizar un trabajo asalariado, principalmente como empleadas de hogar en un sector feminizado y con una fuerte demanda", coincidió Nuria Galán en su tesis doctoral sobre el sector.
De acuerdo con su investigación, "los movimientos migratorios transfronterizos de estas mujeres están motivados por la falta de empleo y de expectativas en su país de origen y por la forma de dar respuesta a las necesidades económicas propias y familiares". Solo aquellas con estudios rechazan el empleo doméstico como una posibilidad laboral rentable y buscan en Ceuta la posibilidad de aprender español confiando en que les sirva para encontrar mejores trabajos.
