Actualizado 20/06/2007 15:08

Tribunales.- La Fiscalía pide 19 años de cárcel para el presunto asesino de una niña en la barriada ceutí del Príncipe

CEUTA 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

El ministerio fiscal ha solicitado una pena de 19 años de prisión para el ciudadano marroquí cuya identidad corresponde a las iniciales K.E.Y. como presunto autor del asesinato, el 23 de septiembre de 2006, de una niña llamada Suhaila, hija de su compañera sentimental, en la barriada ceutí del Príncipe Felipe, según informaron fuentes cercanas al proceso a Europa Press.

El acusado, que permanece desde que fue detenido en la frontera del Tarajal, tres días después de los hechos, en prisión provisional en la cárcel de Botafuegos (Algeciras), fue trasladado ayer a Ceuta para escuchar en el Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudadautónomas la calificación de los hechos de las partes.

La acusación particular reclamó para el acusado una pena superior al incluir en su petición el agravante de superioridad (la Fiscalía optó por el de alevosía), mientras que la defensa del presunto autor de las cuchilladas que se cobraron la vida de la pequeña planteó su libre absolución.

El Juzgado prevé seleccionar antes de final de año a los componentes del jurado que se encargará de dictaminar la culpabilidad o inocencia del acusado, vista que de acuerdo con las previsiones debería celebrarse antes de que concluya el año.

Los hechos tuvieron lugar el sábado 23 de septiembre de 2006, cuando fue hallado el cuerpo sin vida de Suhaila, que, según la autopsia murió como consecuencia de la pérdida de sangre tras un profundo corte en el cuello.

Días después, concretamente en la madrugada del día 26, fue detenido en la frontera del Tarajal el compañero sentimental de la madre de la menor, al parecer después de que en su país de nacimiento, familiares le engañaran diciendo que la menor no había fallecido y que era preferible que se entregara.

El ahora procesado confesó el crimen en uno de los múltiples interrogatorios a los que fue sometido por parte de la Policía Nacional, aludiendo a creencias religiosas y arguyendo, entre otras cosas, que a la niña "le había llegado su hora", según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

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