MADRID, 27 Sep. (CHANCE) -
En el mundo profesional, es muy habitual que los hijos sigan los pasos de los padres. Si papá es abogado, médico, notario, ingeniero o arquitecto habrá muchas posibilidades de que alguno de sus vástagos siga sus pasos, lo mismo sucede con los maestros, cocineros, futbolistas, cantantes o actores.
Las comparaciones siempre serán odiosas, pero la pasión paterna suele tener su prolongación en los hijos, aunque solo sea porque ese universo en el que se han criado sea lo único que hayan conocido. Ahora más que nunca, los descendientes tienen menos prejuicios a la hora de emular a sus progenitores, y el mundo de la actuación está plagadito de ejemplos...
Como Gabriel-Kane Day-Lewis, el hijo del tres veces oscarizado Daniel Day-Lewis y de la actriz Isabelle Adjani. Este artista polifacético, que se define a sí mismo como bipolar, no guarda una relación especialmente buena con su padre, ya que gran parte de su vida la presencia del actor británica fue nula. Sin embargo, con 20 años se ha propuesto alcanzar su sueño en el mundo de la música, el cine y el teatro, donde empieza a dar sus primeros pasos con la empatía de la crítica. Ahora es la moda la que cae rendida por el físico de este rebelde y fanático de los deportes de riesgo. Sobre él posó los ojos nada más y nada menos que Karl Lagerfeld, que suele tener un don especial para descubrir nuevos talentos.
El modelaje fue también el punto de partida para Max Irons, el segundo hijo del veterano y reconocido Jeremy Irons con la actriz irlandesa Sinead Cusack. Hijo, nieto y sobrino de actores, Maximilian Paul parece abocado irremediablemente a probar suerte en la actuación, como viene haciendo desde que siendo un adolescente apareció en Being Julia, junto a su progenitor. Diez obras de teatro, el mismo número de apariciones delante de la gran pantalla y dos intervenciones en televisión conforman la filmografía de este londinense de 29 años al que la dislexia no ha apartado de su sueño.
Contemporáneo de Max, y con el mismo peso de una familia con ADN artístico, es Scott Eastwood, una gota de agua de su padre, el célebre Clint Eastwood. Fue precisamente este el que le dio la primera oportunidad en Invictus y desde entonces su rostro ha ido multiplicando la presencia en la pequeña y gran pantalla. Embarcado en su primera serie como protagonista, Chicago Fire, este californiano que protagoniza el último vídeo de la actual reina del pop, Taylor Swift, forma parte del elenco de la esperada Escuadrón Suicida y Snowden, dos de las cintas que más expectación están creando de cara a sus estrenos el año que viene.
Un caso muy similar es el del guapérrimo sueco Alexander Skarsgard, que no solamente es hijo del alabado Stella John Skarsgard, sus dos hermanos, Gustaf y Bill, también se decantaron por seguir los pasos de papá, aunque no con la popularidad del protagonista de True Blood. Sus primeros pasos interpretativos, dirigidos por el procreador, los dio con solo ocho años en el cine y poco después en la televisión de su país. A pesar de alistarse en la elitista sección antiterrorista de la marina sueca, la estrella de 39 años abandonó todo para empezar de cero en los teatros de Nueva York.
Coétaneo de Alexander es Colin Hanks, el primogénito del dos veces oscarizado Tom Hanks y de la actriz Samantha Lewes. Debutó en el cine con solo 19 años en That Thing You Do!, dirigida precisamente por su padre, aunque no fue hasta el año 2002 -triste en lo personal porque su madre falleció de cáncer - cuando llegó el reconocimiento en los escenarios del West End de Londres con la obra This Is Our Youth. Aclamado en la actualidad por su trabajo en la serie Fargo, Colin cuenta con una extensa carrera en televisión y en el séptimo arte. Pronto le veremos en la comedia histórica Elvis & Nixon y en la romántica No stranger Than Love.
Tardío fue el reconocimiento en el caso de Josh Brolin, al que vimos debutar en Los Goonies, allá por 1985. Veinte películas pasaron hasta que el hijo de James Brolin, actual pareja de Barbra Streisand, fue reconocido por la Academia de Cine con su primera nominación a los Oscar por Milk. Con 47 años, este californiano de complexión imponente, ya se sabe que de tal palo, tal astilla, se encuentra entre los intérpretes de su generación mejor valorados. Este año ha participado en tres cintas: Vengadores: La era de Ultron, Sicario y Everest, ya tiene completada la próxima de los hermanos Coen, Hail, Caesar!, junto a Scarlett Johansson y Channing Tatum, y también le veremos acompañar a Luke Evans y a Olivia Munn en Three Seconds.
Más ajetreada incluso está la agenda profesional de Chris Pine, que parece dispuesto a superar los más de 50 títulos en los que participó su padre, Robert Pine. Considerado uno de los actores más atractivos de Hollywood, Piney, como le llaman sus amigos, volverá a encarnar a James T. Kirk en las dos cintas de la saga Star Trek, previstas para 2016 y 2019. Además, le veremos en Wonder Woman, en The Finest Hours, un thriller catastrofista junto a otro guapo, Eric Bana y el hermano pequeño de Ben Affleck, Casey, y en Comancheria, un drama que rueda en estos momentos junto a Jeff Bridges.
A Scott Caan le ha costado un mundo que le tomaran en serio los estudios de cine. El segundo hijo de los cinco que tuvo James Caan, nominado a los Oscar en 1972 por El padrino, se propuso ser un actor de método como su padre o los amigos de este, entre ellos Marlon Brando. Después de muchos trabajos como secundario, fue la televisión la que le reportó la fama. Desde 2010 protagoniza Hawaii Five-0, una serie policial que ya ha alcanzado las cinco temporadas en la CBS y se emite con éxito en medio mundo. Este triunfo empieza a dar sus frutos y directores reconocidos, como Barry Levinson, le tienen en sus quinielas de preferidos. Este otoño le veremos en la comedia musical Rock The Kasbah acompañando a nada más y nada menos que a Bill Murray, Bruce Willis, Kate Hudson y Taylor Kinney, el prometido de Lady Gaga.