MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Nuestro actor más internacional del momento continúa enseñando su faceta de fotógrafo. Después de que en el año 2010 hiciera su primera exposición fotográfica Secretos sobre negro, y dado el resultado que tuvo, decidió seguir con este arte.
Aunque cuando empezó no tenía intención de dedicarse a la fotografía de forma profesional, lo cierto es que el actor está encantado y ha encontrado en la fotografía una forma más de expresarse.
Aprovecha un hueco en su apretada agenda de proyectos cinematográficos para viajar a Barcelona para hacer unas fotografías en un especial llamado Golden Woman. El malagueño, siempre solidario, destinará lo recaudado a causas benéficas. Esta vez su mujer, Melanie Griffith no le acompaño.
Durante la intensa jornada de trabajo, Banderas hace un merecido descanso para disfrutar de un tentempié. Campechano y cercano como es él, se comió un bocadillo antes de regresar a la sesión de fotos. Eso si, antes de volver al trabajo aprovecha para fumarse un cigarrillo con boquilla para aliviar tensiones.
Con un look muy de sport, vaqueros, polo de manga corta azul marino, pañuelo en la cabeza y gafas de ver colgadas del jersey, Banderas disfrutó de una intensa jornada de trabajo en la Ciudad Condal.
AL MAL TIEMPO BUENA CARA
Antonio Banderas se vuelca en su trabajo y sus aficiones mientras afronta un duro varapalo, su casa de Marbella, que se encuentra en primera línea de playa, se ha visto afectada tras una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Andalucía (TSJA), que dicta que parte del terreno de su vivienda será ahora de dominio público.
El próximo verano tendrán muchos menos metros para tomar el sol en su jardín. La pasada semana operarios del ayuntamiento de Marbella comenzaron a llevar máquinas y mover el terreno para ampliar así el paseo marítimo de la localidad. "La Gaviota", ubicada en la urbanización de Los Monteros, sufrirá así una importante merma de la parcela, que se verá reducida en 1.243 metros.
La casa del actor malagueño tiene su historia, no exenta de vicisitudes. En 1995 el entonces alcalde Jesús Gil aprobó su construcción a pesar de que su cercanía al mar contradecía las leyes municipales vigentes. La casa fue propiedad de Encarna Sánchez, quien la disfrutó durante un tiempo antes de vendérsela al actor quien se encontró con que le exigían tirar parte de la casa para legalizar la vivienda.
Hace dos años, el Ayuntamiento aprobó una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para evitar que el actor, gran embajador de la ciudad en el resto del mundo, tuviera que tirar buena parte de la casa. Así se llegó al acuerdo actual que le obliga a desprenderse de más de 1.000 metros cuadrados de parcela pero evita tocar la vivienda.
