MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
A pesar de la mala relación que mantenía últimamente con su ex marido y en contra de lo que pueda pensar mucha gente, Bárbara Rey se ha mostrado muy afectada por el fallecimiento del domador y ha querido prestar todo su apoyo a la familia en estos duros momentos. De hecho, no ha dejado ni un momento de arropar a sus hijos durante el velatorio de Ángel Cristo.
La capilla ardiente tuvo lugar en el tanatorio de la localidad madrileña de Alcorcón, el municipio donde fallecía horas antes. Hasta el velatorio se quisieron acercar algunos familiares y allegados de Ángel Cristo.
El empresario de circo moría en la madrugada del pasado martes a los 66 años de edad y a consecuencia de una parada cardiorespiratoria. Además lo hacía sin haber conseguido hacer las paces con su ex mujer, Bárbara Rey, que siempre le ha acusado de estar enfermo y maltratarla durante los tormentosos años que duró su matrimonio.
Aún así, la vedette murciana se mostró muy afectada, "más de lo que mucha gente pueda pensar". Su cara reflejaba el cansancio y los malos momentos por los que está pasando, sobre todo por sus hijos.
Bárbara atendió a los medios de comunicación de una forma muy educada y mostró su agradecimiento: "Gracias. Esta tarde ya tendremos el tanatorio en el hospital para quien quiera verle (...) Estamos así porque todavía no tenemos a disposición el cuerpo. A partir de las 6-7 lo tendremos y ya mañana (por el miércoles) os comunicaremos la hora. Lo hará mi sobrino".
LOS HIJOS, ROTOS
El que más entereza ha mostrado en todo momento ha sido el hijo mayor de la pareja, Ángel Cristo Jr, quien ha pedido respeto a la prensa y la única declaración que quiso hacer ante las cámaras fue para agradecer el interés mostrado.
En cambio Sofía Cristo, que en los últimos meses no tenía relación alguna con su padre, llegó llorando y del brazo de su madre al tanatorio. Pudimos ver a la hija del domador rota de dolor y apenas pudo articular palabra. De hecho, se emocionó con las preguntas de los periodistas y agradeció todas las muestras de cariño: "Gracias, de verdad".
La hija pequeña de la vedette y el domador salió un momento de la intimidad del tanatorio para informar a la prensa de los horarios del entierro y no pudo contener las lágrimas. "A las 7 y media abriremos la capilla para que todo el que quiera se despida de mi padre y mañana a las 11 y media de la mañana haremos una misa y a las doce partiremos para La Almudena", dijo entre llanto.
A quien también pudimos ver en el tanatorio fue a la última pareja de Ángel Cristo, Circe Roque. Por lo visto, se enteró del fallecimiento de su novio por los medios de comunicación, puesto que ningún miembro de la familia Cristo llamó para avisarla.
Circe insistió en que todo había sido de repente, "no esperábamos esto tan fuerte y tan repentino", dijo. Además, insinuó el abandono que había sufrido el domador por parte de su familia: "Cuando estaba enfermito he estado yo. La ayuda se la he dado yo, toda la que he podido, la que ha necesitado".
LAS CAUSAS DE LA MUERTE DE ÁNGEL CRISTO
José Miguel Garrido Cristo, sobrino del domador y portavoz de la familia quiso agradecer el interés mostrado por los medios de comunicación e informó sobre las causas de la muerte de su tío.
"Mi tío falleció ayer (por el lunes) a las 12.30 de la noche (...) Fue trasladado aquí por dos amigos del circo de la familia que venían de viaje desde Jaén y en el coche empezó a sentirse mal. Primero fue ingresado en el Hospital del Álamo (...) Ya con parada cardíaca fue trasladado aquí por el Summa. Sufrió otra parada en la UVI móvil y entró aquí sin sentido. Intentaron reanimarlo, tuvo una tercera parada cardiaca y ese fue el final", explicó.
Además resaltó la mejoría en los últimos tiempos que Ángel había conseguido en relación a sus adicciones. "Los análisis han confirmado que llevaba tiempo intentando salir de sus problemas", afirmó.
Por último quiso trasladar a la prensa el mal momento por el que está atravesando toda la familia. Al parecer, sus hijos fueron los primeros en llegar al hospital pero desgraciadamente lo hicieron quince minutos después del fallecimiento y no pudieron despedirse.
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